lunes, 16 de noviembre de 2020

LOS ÁNGELES Y LOS DEMONIOS

 

A Camil C. F. que se fue inesperadamente a jugar a tenis al paraíso.

"Hay dos maneras de vivir la vida.

Una es como si nada fuera milagro.

La otra es como si todo fuera un milagro"

Albert Einstein

 

Para mí no es fácil escribir un artículo sobre la actualidad cada tres semanas,  y añadir pinceladas de mis experiencias. Esta vez hay dos fechas en el calendario que me han dado pié a la entrada de este  blog,  el día 2 de noviembre que se celebra el Día de los Difuntos,  y el 19 noviembre que será el Día Mundial de la Filosofía.

 

LOS DEMONIOS

"Alguien debería decirnos, cuando empieza nuestra existencia, que ya estamos muriendo. Entonces sabríamos apreciar la vida en cada momento de cada día. Aquello que necesitamos hacer hoy que hacerlo mañana, porque no hay tantas mañanas como pensamos"

Pablo VI

 

Todos sabemos que la muerte es inevitable, todos nosotros tenemos la experiencia de la muerte de un ser querido, y que este acontecer también ocurrirá con nosotros. Sin embargo,  nosotros tendemos a no pensar en ella,  en todo caso de forma esporádica cuando eres  joven,  y con más frecuencia  cuánto más años vas acumulando, como es mi caso. Sigmund Freud, en 1915, en uno de sus ensayos comentaba que "en el fondo, nadie cree en su propia muerte. En el inconsciente todos estamos convencidos de nuestra inmortalidad".

 No obstante,  en el caso de los de mi generación, y que además,  estudiamos  en colegios religiosos (yo,  con los padres jesuitas),   nos machacaban a diario con los lugares donde habitaríamos al final de nuestras vidas,  en  "cielo o en el infierno".  ¡Ah!, se me olvidaba, y también en otro lugar,  en el "purgatorio".

Yo no creo en  la existencia del purgatorio, y menos la del  infierno, de creer, creería en el cielo en compensación de los males que recibimos  en este  "valle de lagrimas", (no los voy a describir, ya que todos nosotros los sabemos recitar de retahíla). Unamuno, ironizando sobre el infierno, contó esta preciosa historia:: "Murió Don Quijote y bajó a los infiernos, y entró en ellos lanza en ristre, y liberó a todos los condenados, como a los galeotes. Cerró sus puertas y quitando del frontis, el rótulo que Dante describió en la Divina Comedia: -Abandonad toda esperanza el que entra aquí-, puso el que decía: - ¡Viva la esperanza!, y escoltado por los libertados, que de él se reían, se fue al cielo".

También nos machacaron con el poderío del demonio (Diablo o Satanás) que se reveló,  y  luchaba contra Dios, y causaba males sin su permiso, e hizo caer en el pecado original a Eva e incluso tentó al Hijo de Dios por tres veces. Si Dios es único y  omnipotente, porque nos enseñaban esta dualidad, inculcándonos esta contradicción que ponía en peligro la credibilidad de la omnipotencia.

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Recuerdo, también, que en mi juventud a principios de noviembre, era costumbre en algún teatro de Barcelona exhibir la obra de Don Juan Tenorio de José Zorrilla, por la connotación de la celebración Del Día de los Difuntos, y porque en  la obra teatral  salen algunas escenas con personajes  difuntos y un cementerio. Era mi abuelo Vicente,  apasionado por la poesía,  que nos  llevaba a verla cada año a mi hermano José Mª y a mí.  Recordad lo que acontece en la segunda parte y en el acto primero, tras vivir cinco años en el extranjero, Don Juan Tenorio regresa a Sevilla. Sólo encuentra muertos. Su padre, Don Diego, ha convertido la casa palacio en un cementerio para acoger en él a las víctimas de su hijo. Allí están, entre otras, las estatuas del mismo Don Diego, de Don Gonzalo, la de su hija Doña Inés y de su rival Don Luis Mejía. Solo en el cementerio, Don Juan observa que la estatua de Doña Inés se desvanece y en su lugar aparece su sombra, y le dice:

Mas tengo mi purgatorio
en ese mármol mortuorio
que labraron para mí.
Yo a Dios mi alma ofrecí
en precio de tu alma impura,
y Dios, al ver la ternura
con que te amaba mi afán,
me dijo: Espera a don Juan
en tu misma sepultura.

A pesar de nuestro pánico a la muerte, el hombre es proclive a la autodestrucción, así siguiendo con Freud, en su obra "El malestar en la cultura" (1930) escribió: "El hombre es una criatura dotada de tal ración de agresividad que le sería fácil exterminarse... Sólo nos queda esperar que el eterno Eros, el instinto de vivir, despliegue sus fuerzas para vencer en la lucha contra su no menos inmortal adversario Tánatos, el instinto de destruir. Mas ¿quién podría vaticinar el desenlace final?".

Pero, con la situación actual de la pandemia, no quiero agravar más el pesimismo de todos vosotros,  y  además el tema de la muerte, ya lo he tratado varias veces en este blog, que cuyas referencias  os indico a continuación:

EL olvido, 02-11-2015

¿Hay vida después de la muerte?, 31-10-2016

El Día de los Difuntos, 19-11-2018

y por lo tanto deseo desterrar a los demonios que nos rodean, como LA MUERTE, Y EL PESIMISMO, y dar paso a los ángeles, es decir, A LA VIDA Y AL OPTIMISMO.


LOS ÁNGELES

"Yo soy optimista por naturaleza, porque soy bajo de estatura. La gente baja tiende a ser optimista porque sólo puede ver la parte de la botella que está llena y no llega a ver la parte vacía..."

Thomas Friedman (periodista y escritor estadounidense, tres veces ganador del Premio Pulitzer)

(Yo, me siento identificado con este periodista)

También en nuestra niñez, nos enseñaron que habían ángeles y arcángeles, como el nuestro compañero de la infancia  el "Ángel de la Guarda",  que  a cada noche le rezábamos esta jaculatoria:

"Ángel de la Guarda,

dulce compañía,

no me desampares

ni de noche, ni de día.

No me dejes sólo,

que me perdería"

 

Sobre la  "VIDA Y EL OPTIMISMO", os apunto  algunas reflexiones  sobre estos conceptos desde la óptica de los filósofos y de los profesionales de la mente.

 En el campo de la filosofía,  todos los pensadores eran pesimistas, hasta hace poco, ya Aristóteles en el 350 a. C. dijo: "¿Por qué será que quienes han destacado en  la filosofía y en otras artes, son individuos melancólicos, afligidos por la enfermedad de la bilis negra?"

Con estas  premisas  llegamos hasta el siglo XIX, con el padre del pesimismo filosófico de Arthur Schopenhauer (1788-1860), que dijo: "Cada soplo de aire que inhalamos impide que nos llegue la muerte que constantemente nos acecha...En última instancia la muerte debe triunfar, pues desde el nacimiento se ha convertido en  nuestro destino y juega con su presa durante un breve lapso antes de devorársela. Sin embargo, proseguimos nuestra vida con gran interés y solicitud durante el mayor tiempo posible, de la misma manera en que soplamos una burbuja de jabón lo más grande y larga posible, aunque con la certeza total de que habrá de reventarse".

Hasta que felizmente dos pensadores compartieron el optimismo, uno de ellos fue el español Miguel de Unamuno (1864-1936), y que ya he mencionado una anécdota de éste en el anterior apartado. Unamuno,   se percató de que mucha gente su coraje constituía un antídoto del derrotismo: "A las personas optimistas les mueven las ilusiones, por eso pelean y no se rinden ante la adversidad".

  El otro,  fue el inglés Bertrand Russell (1872-1970), que dijo: "Quienes se olvidan de sus teorías del mal y se concentran en conocer los hechos,  tienen más probabilidades de encontrar el bien,  que aquellos que ven el mundo a través de la lente deformada de sus prejuicios".

En el campo de los profesionales de la mente, la primera persona del gremio de los psiquiatras, cuyas ideas fueron  optimistas,   fue la psiquiatra alemana (mujer tenía que ser, con perdón) residente en New York, Karen Horney (1885-1952), que argumentó: "en condiciones normales, todos los seres humanos desarrollamos las capacidades que nos permiten realizarnos como individuos: la habilidad para sacar el máximo partido a nuestros recursos personales, la fuerza de la voluntad y la aptitud para relacionarnos íntimamente con los demás".

Horney, fue discípula de Sigmund Freud, y rechazó abiertamente el concepto de instinto de destrucción o Tánatos desarrollado por el maestro, lo que le supuso el boicot de muchos de sus colegas. Comparó sus ideas con las de Freud con estas palabras: "si usamos los términos de optimista o pesimista en el sentido profundo de afirmar el valor del mundo y de la vida, la filosofía de Freud es pesimista y la mía optimista".

Finalmente, la importancia de los aspectos positivos de la mente humana, fue reconocida de forma oficial en el año 2000, cuando varias facultades de psicología estadounidenses, formalizaron la asignatura de Psicología Positiva, del pionero psicólogo Martín Seligman, que dijo: "Los científicos de la mente del nuevo milenio no sólo se preocuparán por corregir lo peor de la condición humana, sino que también se dedicarán a identificar y promover lo mejor"

Este psicólogo, ha llegado a la conclusión de que somos capaces de ser optimistas, si controlamos los procesos de interpretación que realiza nuestra mente, tanto los que se realizan sobre el pasado como los que se realizan sobre el presente. Es decir, que ser optimista se aprende, y dice: “Nuestras fortalezas y virtudes trabajan en contra de la desgracia y en contra de los trastornos psicológicos, y son la clave para aumentar la resiliencia”

 

LA "BOTELLA MEDIO LLENA O MEDIO VACÍA" EN EL ARTE

Hay una obra de Goya que pintó en su senectud y que está en  el Museo del Prado,  que pone de manifiesto el título de  este apartado, me refiero al lienzo "Perro semihundido".


Es un cuadro que impresiona, y que el  protagonista "es el mejor amigo del hombre",

Pero está  “semihundido” ¿hacia arriba o hacia abajo, emergiendo o anegándose? ¿Se cayó y no puede salir o está saliendo del lugar en donde se ha metido?

Nosotros, también pasamos por situaciones extremas. en nuestra vida,  que  nos lleva al convencimiento de que no hay salida alguna, nos sentimos como el perro de Goya,   apenas nos quedan fuerzas para luchar, pero no es así, porque poseemos el suficiente valor para salir a flote ante la adversidad,  lo mejor es crecerse,  no hundirse, es decir ser optimista..

Por parte de la literatura,  mencionaré dos obras que me han marcado en mi vida, la primera ya la intuís, porque muchas veces me apoyo en su citas, es  Don Quijote de la Mancha.

¿Pero  es el  Quijote, una obra optimista o pesimista?

Don Quijote, para mí es un optimista,  ya que siempre está dispuesto a creer que haciendo lo que debe,  el éxito le llegará tarde o temprano,  y es lo que le repite a Sancho continuamente:

"Sábete Sancho que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo, y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca" (1ª parte, cap. XVIII)

La otra novela,  que también la descubrí en mi juventud, y  estaba en la librería de mi abuelo materno Francisco, como la novela anterior. Ya os lo he contada otras veces que mis abuelos vivían afortunadamente en el mismo rellano de mi escalera.

Este sí, que es  un claro ejemplo  optimismo, la novela más famosa de Daniel Defoe "Robinson Crusoe". Cuando este personaje naufragó y se refugió en una remota isla, durante 28 años, no perdió nunca su optimismo, y este le salvó la vida,  ya que finalmente, fue rescatado por un barco británico

Pertenecemos  una generación privilegiada, resultado de un progreso, desde las canoas que transportaban a nuestros antepasados a  las lanzaderas espaciales de hoy día, somos más poderosos que nunca, y aún así,  causamos daños a los animales y a la naturaleza que nos rodean, buscando nuestra comodidad, y además, no nos sentimos optimistas. Quizás es,  porque no sabemos lo que queremos, creo que, va siendo  hora que pidamos ayuda.

 

Notas:

1ª También en los acontecimientos de la actualidad vemos la botella medio llena o medio vacía, por ejemplo en el relato que nos cuenta el gobierno de que nuestro Sistema de Salud Pública es uno de las  mejores  de Europa, pero los datos nos demuestran  que en España tenemos el índice más elevado de fallecidos por el Covid-19 por 100.000 habitantes que en el resto de Europa (salvo Bélgica), por lo que deduzco que es culpa de los ciudadanos españoles que somos "malos enfermos"

2ª Se ha dado el primer paso importante para la aprobación de los presupuestos para el año 2021,  y que apuntan a favorecer a los más necesitados como si fuera una proeza, y es de sentido común,  pero somos parcos en aplicarlo. Por ejemplo, a los jubilados se les subirán sus  pensiones en 0.9 % y a la Casa Real un 6% a pesar de haber suprimido  la asignación al Rey Emérito.

3ª Un ahorro importante,  sería luna nueva organización del Estado, es decir, suprimir organismos inútiles, reducir el número de políticos y asesores, y que la Justicia y las fuerzas policiales se dedicaran a ajusticiar y perseguir a los maleantes como siempre ha sido,  y no ir contra de la forma de pensar algunos ciudadanos. Y por último, los políticos  tendrían  el deber de gobernarnos para hacernos felices. Como veis mi optimismo está fuera de la realidad, quizás es hora que pida ayuda a un profesional.

4ª Afortunadamente,  en las pasadas elecciones en los  Estados Unidos, me ha llenado de optimismo por perder las elecciones Trump,  y porque tendremos un Vicepresidente del sexo femenino por primera vez en esta nación, así preveo que la sensibilidad, el sentido común,  y el diálogo,  estarán asegurados.