lunes, 10 de abril de 2023

EL ARTE A TRAVÉS DE DOS POSTALES Y DE DOS FOTOGRAFIAS

 

"Intento aplicar colores como palabras que dan forma a poemas, como notas que componen música"

René Magritte

El día 15 del presente mes, se celebra el DÍA MUNDIAL DEL ARTE, y por este motivo he querido hoy en este blog escribir sobre el arte a través de dos postales y de dos fotografías.

 

LAS DOS POSTALES

Se cuenta que Joan Miró (Barcelona, 1893-1983), era un admirador de la pintura figurativa holandesa, como me ocurre a mí, y en mayo de1928 fue a visitar Rijksmuseum de Amsterdam, como  yo lo hice  concretamente a las 11:03 horas del día 16 de abril de 2011 según consta en el ticket de entrada que aún conservo.


 

En la tienda del museo, adquirió dos postales a color de dos obras: "El tocador de laúd" de Hendrick Martenszoo  y "Niños enseñan a un gato a bailar (La clase de baile)", de Jan Steen.  En mi caso fui más esplendido, porque como de costumbre  cuando voy a visitar un museo compro el catálogo, y en  éste concretamente  además de los cuadros que he citado estaban  las obras maestras de Rembrandt y Johannes Vermeer que me apasionan.

Unos meses más tarde, Miró hizo su versión "con su propio lenguaje, como dice la cita de René Magritte" en la cabecera de este escrito,  y además hemos de tener  en cuenta que estamos en el periodo artístico del surrealismo, influenciado por  las teorías de Sigmund Freud sobre la interpretación de los sueños, y que cuya idea en síntesis era: "liberar el poder creativo del inconsciente". El resultado de las obras de Joan Miró a las réplicas de aquellas dos postales fueron las siguientes composiciones:

 

Réplica de Miró a la obra de "El tocador de laúd" de Hendrick Martenszoon

 

Réplica de Miró a la obra "Niños enseñan a un gato a bailar (La clase de baile)", de Jan Steen

Miró estudió con minuciosidad las dos postales y las interpretó,  dando a los detalles más pequeños más importancia de la que tenían en el original,  y en cambio,  empequeñeciendo los detalles relevantes.

Miró, con su interpretación  nos mandó un precioso mensaje, la importancia de los pequeños detalles que nos encontramos cada día, y no lo valoramos. No es el caso de un personaje de ficción que leía en mi juventud y que opinaba:

"Siempre he sostenido el axioma de que los pequeños detalles son, con mucho, lo más importante."

Las aventuras de Sherlock Holmes (1892) de Arthur Conan Doyle

 

LAS DOS FOTOGRAFÍAS

El fotógrafo letón Philippe Halsman (Riga, 1906-1979) conoció a Salvador Dalí (Figueres, 1904-1989) en la década de 1930, una época en la que el fotógrafo residía en París y frecuentaba los círculos en los que se movían muchos artistas ligados al surrealismo. Comenzaron a colaborar en la segunda mitad de los años 40 y  Halsman en su biografía comenta:

"Para mí la fotografía puede ser terriblemente seria o muy divertida. Tratar de captar algo tan esquivo como la verdad con una cámara puede ser una tarea frustrante. E intentar crear una imagen que no existe en la realidad sino en tu imaginación es a menudo un juego excitante. Y yo disfrutaba especialmente de ese juego con Salvador Dalí. Éramos como dos compinches. Cada vez que se me ocurría una idea fuera de lo común le pedía a Dalí que fuera el héroe de la foto. Esa relación nos estimulaba mutuamente"

 

Salvador Dalí fotografiado por su amigo Philippe Halsman

De todas las   fotografías  de Halsman, la que tuvo más éxito, fue la genial fotografía surrealista y divertida, que se publicó en la revista LIfe  a doble página, titulada: "Dalí Atomicus"

 


Dalí Atomicus. 1948

En palabras del propio Halsman: Seis horas y 28 intentos después, el resultado satisfizo mi deseo de perfección. Mis asistentes y yo estábamos mojados, sucios y completamente exhaustos; sólo los gatos parecían estar como nuevos”.

Esta fotografía cuando la vi me impactó muchísimo,   porque  todo  vuela, todo gira, todo  flota,  como lo electrones alrededor del núcleo del átomo, ya que también  el surrealismo tomó los avances científicos, en este caso el de la física atómica (no hemos de olvidar que en el año 1945,  los Estados Unidos lanzaron dos bomba atómicas en Japón). Otro punto que me llamó la atención fue el cuadro tapado por los gatos en vuelo.

El cuadro en cuestión es Leda atómica, representada por Gala la esposa de Dalí, que según la leyenda, fue seducida por el dios griego Zeus transformado en un cisne.

 

Leda está sentada sobre un alto pedestal, con los pies sobre pequeños pedestales flotantes, mientras acaricia al cisne volador. Todo en el cuadro flota, incluso el mar flota sobre la arena y nada tiene contacto con ninguna cosa, siguiendo también, la teoría de la física atómica.

Elena Dimitrova Diakonova, más conocida como Gala, nació  en Rusia, y estaba y casada con el escritor surrealista Paul Éluard, cuando conoció a Dalí en 1929.  Salvador Dalí la invitó a su casa de Cadaqués, ya que estaba enamorado de ella, a pesar que Gala era 10 años mayor que él.  Paseando por el cabo de Creus, se arrojó a sus pies y le confesó su amor. Ella le contestó, “Niñito mío, no nos separaremos nunca”, y así lo hicieron hasta el fallecimiento de Gala  en 1982, habían transcurrido 53 años. Cuando le dieron la noticia a Dalí.  murmuró: “No está muerta, no morirá nunca”, y es verdad,  porque ella vive en las obras de Dalí, y la inmortalizó como a una de las figuras más bellas y notables del arte de todos los tiempos.

Y acabo, con otra obra de Dalí en homenaje a ambos.

 


El título completo del cuadro, es muy largo como fue su  relación con Gala:"Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis verdaderos espejo" (1972-1973, Teatro-Museo Dalí en Figueres)

Salvador Dalí  pintó en el tramo final de su obra este magnífico retrato múltiple de Gala y de sí mismo. El objetivo de Dalí fue hacer un cuadro-homenaje a Las Meninas de Velázquez: él se retrata de espaldas y a la vez reflejado de frente, es al mismo tiempo Velázquez y  el rey Felipe IV, así como Gala es la Reina y la Infanta.

Las caras desdibujadas de ambos personajes son fruto del experimento en que convirtió Dalí este cuadro, y que consistía en pintar el  reflejo de seis espejos. Por ello, a través de tantos espejos las figuras reflejadas pierden definición como puede verse en los rostros de Dali, y de Gala.

Notas:

1ª Recuerdo que en el año 2015 visité Bruselas y comimos en el restaurante situado en la esfera superior del Atomium, una estructura de 102 metros de altura y dotada de nueve esferas  de 18 metros de diámetro y que representa el  cristal de hierro.


 

2ª Recordad que un cristal de hierro está formado por dos átomos, un átomo central y con ocho a su alrededor que tienen un valor de  1/8 de átomo. Para que nos demos cuenta de la dimensión real de éste cristal, y de paso la dimensión de los átomos, que han sido los protagonistas de hoy, la escala de este monumento  está  ampliada nada más y nada menos que 165.000.000.000  (165 mil millones)  de veces).

3ª Hubo una época de mi vida que me dio por pintar reiteradamente, con la misma calidad que mis escritos de hoy, pero tengo que reconocer que como mínimo tiempo y afición les he dedicado a estas dos facetas de mi vida. Todo este preámbulo para deciros que la pintura que hacía era totalmente surrealista, por ejemplo, cuando pinte la piscina de en donde veraneo, puse a unos nadadores de competición, flotando no en el agua de la piscina,  si no en el cielo…..


 4ª Como despedida, permitidme hacer un guiño a mi admirado Sigmund Freud con una reflexión final:

"Soñar no cuesta nada, lo que cuesta es interpretar los sueños"