lunes, 9 de diciembre de 2024

EL OPTIMISMO Y LA NAVIDAD


 

Dedicado a mis amigos del grupo: “Los tres mosqueteros”

 "Yo preferiría ser un optimista loco que un pesimista cuerdo". Albert Einstein

 

Noticias internacionales

 Ucrania ha cumplido 1000 días desde el inicio de la invasión a gran escala de las fuerzas armadas de Rusia. Según datos de las Naciones Unidas, unos 12.162 civiles han muerto y al menos 26,919 han resultado heridos desde febrero de 2022, más de 3400 escuelas y hospitales han sido dañados o destruidos y 10 millones de personas han huido de sus hogares.

 

La guerra de Israel contra Hamás tras el ataque de la milicia palestina el 7 de octubre de 2023 se ha cobrado más de 44.000 vidas en la Franja de Gaza.. El conflicto tiene hasta siete frentes abiertos y se ha recrudecido especialmente en Líbano, donde Israel y Hizbulá combaten cuerpo a cuerpo tras la invasión terrestre por parte del ejército hebreo.

 

Noticia nacional

 La cifra de víctimas mortales registradas a causa de la DANA y las inundaciones posteriores que afectaron a la provincia de Valencia se ha elevado esta semana a 221 (una más), mientras que la de desaparecidos se han reducido a 7.

 

Con  estas noticias, son suficientes para amargarnos las próximas navidades, por mucho que pregonemos “feliz Navidad”, y me han inspirado este artículo.

 

EL OPTIMISMO

 El optimismo no es sólo un requisito para la supervivencia, sino además una condición indispensable para la  vida  humana,  no es propio de ilusos, sino una de las mejores armas para adaptarnos al entorno en que vivimos. Por eso hoy quiero escribir sobre este enorme  mecanismo de defensa que permite que las personas sean capaces de superar el infortunio y  soñar con un futuro halagüeño.

 

En tiempos pasados, los freudianos (yo soy anti freudiano), sostenían que los conflictos infantiles no resueltos dirigían la conducta adulta; los seguidores de B. F. Skinner, que la conducta estaba influida por el ambiente, y los etólogos por su parte, que la conducta era el producto determinado por nuestros genes. Pero, el tiempo lo cura todo, y las teorías psicológicas comenzaron a cambiar. Los conflictos de la niñez, el ambiente, nuestra predisposición genética,   se convirtieron  en algo cada vez menos importante como factores causales de la conducta,  y en la actualidad las teorías dominantes en psicología se basan en las expectativas  individuales, sus preferencias, sus elecciones y su  control personal,  dando paso a la Psicología  Positiva.

 

La Psicología Positiva fue definida por Martin Seligman  en 1999,  como el estudio científico de las fortalezas y virtudes humanas, las cuales permiten adoptar una perspectiva más abierta respecto al potencial humano, sus motivaciones y  capacidades.

 

Yo opino que en este deambular por la vida, podemos adoptar tres actitudes en referencia a fijarnos  unas expectativas de futuro y en todos los momentos de nuestra vida.

 

Actitud 1: Cuando las expectativas que fijamos   son mayores  que la realidad, es el  “Optimista no realista”.

 

Actitud 2: Cuando las expectativas que fijamos son iguales que la realidad,  es  el “Optimista”.

 

Actitud 3: Cuando las expectativas son siempre menores que la realidad, es el “Pesimista”.

 

Yo me considero ser un “optimista no realista”, ya que mi actitud es la 1, y me advierte mi psicóloga que cuando debo constatar  la realidad que está muy por debajo de mis expectativas, puedo deprimirme, cosa que afortunadamente no me ocurre, porque  a pesar de ello me siento feliz,  no por el resultado, sino por mi actitud positiva que adopto constantemente para afrontar mi día a día.

 

 

El optimismo en la poesía

 He escogido un bello poema de Luís García Montero, titulado. “A veces una piel pudiera ser la única razón del optimismo”


Debería llover
y hace falta ser lluvia,
caer en los tejados y en las calles,
caer hasta que el aire ponga
ojos de cocodrilo
mientras muerde la tierra igual que una manzana,
caer sobre la tinta del periódico
y caer sobre ti
que no llevas paraguas,
que te llamas María y Almudena,
que piensas como abril
en hojas limpias bajo el sol de mayo.

A veces una piel
pudiera ser la única razón del optimismo.

Si, el poeta tiene toda la razón del mundo, cualquier cosa aunque sea pequeña, puede ser el punto de apoyo para nuestra palanca del optimismo positivo.


El optimismo en el arte

Para  este apartado  he escogido una obra de Giacomo Balla, titulada: “Pesimismo y optimismo”, donde se observa en los tonos azules a una persona  optimista, que es atacada por el pesimismo representado por los tonos negros y grises, y además, puntiagudos.


 

El autor ha querido dar su versión,  al firmar esta  obra como “FUTUR BALLA”, que en italiano es algo parecido a “El futuro baila”, y yo añado “El futuro baila con la más fea”  (es lo mismo que hubiese dicho “El futuro  baila  con el más feo”;  yo cuando escribo  siempre empleo un género, pero queda explicito que siempre me refiero a ambos)


LA NAVIDAD

Los  “optimistas no realistas”,  como yo, tenemos una cualidad, que soñamos despiertos en  ideales viajes de nuestros deseos,  sabiendo de antemano que es el viaje lo que interesa, no la llegada. Es mejor viajar lleno de esperanzas, que con la mochila del fracaso de antemano, que es cuando adoptamos la actitud pesimista, mi  optimismo está en la salida y no en la meta.

 Así, puedo soñar:

 

“Que en estas Navidades,  tocaran el timbre de la puerta,  los hijos ausentes en el extranjero, para pasar las fiestas con sus padres”

 “Que en estas Navidades,  los Palestinos y Judíos pararan la guerra y cantaran juntos villancicos, así también,  en Ucrania entre rusos y ucranianos”

 “Que los damnificados por la Dana les tocará el Gordo de Navidad”

 Ahora, mientras  escribo este artículo me siento contento, además, vuestras visitas a las entradas en este blog,  siempre superan a mis expectativas, por lo tanto vosotros sois los responsables de que me sienta feliz y me dais ánimos para seguir siendo un optimista no realista. Gracias,  y que la Navidad cumpla vuestras expectativas, porque a pesar de mi optimismo no realista, con los acontecimientos actuales,  no pudo pronunciar la frase: feliz Navidad.

 

 Notas biográficas por orden de aparición:

 

Martin Seligman (1942): psicólogo y escritor estadounidense, director del departamento de psicología de la Universidad de Pensilvania, y defensor de la Psicología Positiva.

 

Luís García Montero (Granada1958), es poeta dentro de la corriente poesía de la experiencia,  crítico literario,  ensayista, y catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada.

 

Giacomo Balla (1871 – 1958): fue un pintor y escultor italiano, uno de los fundadores del movimiento futurista. El óleo presentado  está expuesto en la Galería Nacional del Arte Moderno y Contemporáneo de Roma, y fue realizado en el año 1923.

 

Les doy las gracias a estos personajes, porque sin ellos no hubiera podido escribir este artículo.