lunes, 10 de febrero de 2025

DEL CEREBRO HUMANO AL ARTIFICIAL

 

Dedicado a las dos psicólogas de mi familia: mi mujer y mi hija

 

El cerebro humano

 

Nuestra capacidad de razonar, interpretar  e imaginar, solo puede explicarse si tales facultades cognitivas se basan en procesos cuánticos, es decir,  nuestro cerebro utiliza los principios de la física cuántica.

 Para los expertos, nuestros pensamientos y nuestras reflexiones, el raciocinio provocado  por la toma de decisiones, las asociaciones de ideas que nos permiten interpretar el mundo en que vivimos,  nuestra imaginación creativa,  son procesos que no se ajustan a los principios de la lógica clásica,  sino que son de naturaleza cuántica.

 Así, cada vez que tomamos una decisión, valoramos simultáneamente distintas  alternativas, pero solo optamos por una, es más o memos como sucede en el fenómeno  de superposición cuántica.

 El físico y matemático británico George Penrose, postuló que nuestro encéfalo se comporta como un ordenador cuántico. No quiero  teorizar más sobre este tema, sino jugar con vuestros cerebros,  por ejemplo: ¿El punto azul está delante o detrás?

 


 


Si observáis bien, las dos respuestas son válidas  Lo mismo ocurre  con la “copa de Rubin”,  del psicólogo danés: ¿Es una copa o son dos caras?

 


 

 

También aquí, las dos respuestas son válidas. Parece que estemos jugando  como la paradoja del “gato de Shhrödinger” que se nos preguntaba: ¿El gato esta muerto o vivo? y que presentaba el fenómeno  cuántico de la superposición, como nuestras decisiones cotidianas.

La imaginación humana es tan perfecta que los ingenieros que trabajan en  la Inteligencia Artificial les será muy difícil de imitar, por ejemplo,  la maestría  del artista neerlandés  Maurits Corneli Escher (1898 – 1972) en su obra “Cascada (1961)”  que de nuevo la imagen engaña a nuestro cerebro.

 


 

 

El agua de la cascada cae, y es recogida por una canal de retorno  hasta la parte más alta, pero si observamos con atención, veremos que todo el recorrido está en un mismo plano.

 

El cerebro artificial

 De los ordenadores de IBM que programé en m juventud hasta la llamada Inteligencia Artificial de ahora, la cual  es capaz de autoprogramarse para ser cada vez más inteligente, con el peligro a que llegue a ser más inteligente que los humanos, todo ello  ha pasado en unos pocos  años de mi vida, en donde hoy se abre un abanico de ventajas para la sociedad  y  la vez de peligros como que la I,A.  nos sustituirán en innumerables tareas y por su  ética en  sus decisiones. Todo este avance ha sido, desde aquellos ordenadores  que me comunicaba  con ellos mediante fichas perforadas, hasta los de hoy día los ordenadores cuánticos que quieren imitar a nuestro cerebro.

Por  mi desconocimiento total del ordenador cuántico,   quise  visitar el pasado día 7 de febrero, Barcelona Supercompunting Center  (BSC) con sus ordenadores MareNostrum 5 y el ordenador cuántico MareNostrum-Ona, siendo una de las 20 instalaciones más potentes del mundo,  y situado éste último  dentro de la Capilla Torre Girona por lo que  les han dado el premio al emplazamiento  más bello  de ordenadores del mundo.

 Agradezco la deferencia y las atenciones del personal de BSC por atenderme un  día después de la inauguración y puesta en marcha del ordenador cuántico.

  No obstante, a pesar de que el ordenador MareNostrum 5 con sus 200 metros cuadrados de armarios llenos de placas de procesadores que pueden realizar 314.000 billones de cálculos por segundo, no les quise decepcionar con mi opinión  de ingeniero jubilado, y  que  en  mi  juventud llegué  a programar ordenadores de IBM, y es que aquellos de antaño  y los de ahora, aunque sean cuánticos, su cerebro corre la electricidad, como los cerebros de los humanos,   pero se han  olvidado de la química.

 La distancia que separa dos neuronas en una conexión sináptica es diminuta,  pero es un abismo  insalvable para a corriente eléctrica, se necesitan los neurotransmisores químicos:

- El Glutamato, el neurotransmisor de la memoria.

- La Gamma-aminobutírico el neurotransmisor calmante.

- La  Aceticolina, el neurotransmisor del aprendizaje.

- La Serotonina, el neurotransmisor del sueño.

- La Dopamina, el neurotransmisor del placer.

- Las Endorfinas, los neurotransmisores de la felicidad.


Por lo tanto, aunque los ingeniero informáticos de hoy día hayan construido  ordenadores   con cerebros artificiales  dotado de  redes neuronales y con procesadores cuánticos similar al cerebro humano, haciendo una analogía con las fábulas del escritor   francés La Fontaine, no  son  más que gallos de gallinero,  y nosotros seguimos siendo  las  águilas


 El antiguo  MareNostrum 4 en el interior de la Capilla Torre Girona, ya desmantelado actualmente. Ahora está ubicado el ordenador cuántico.

 

Notas:

1ª Que casualidad que en la época en que yo pintaba,  la copa de Rubin me inspirara esta composición


 

 2ª Y como admirador de Escher, también  le hice un guiño con esta pintura, donde los conductos de un edificio al otro son contrarios a la lógica.

 



3ª La computación cuántica se caracteriza por el uso de bits cuánticos o cúbits en vez de los tradicionales. En la computación clásica los bits solo tienen dos estados, cero y uno. Sin embargo, en un ordenador cuántico lo que circulan son cúbits. Un cúbit puede estar en un estado cero, puede estar en estado uno, y puede estar en una superposición de esos dos estados. Hay infinitas superposiciones dependiendo del peso que se le dé al cero y al uno. Por eso los ordenadores cuánticos tienen tanta potencia de cálculo.