Dedicado a las dos
psicólogas de mi familia: mi mujer y mi hija
El cerebro humano
Nuestra capacidad de
razonar, interpretar e imaginar, solo
puede explicarse si tales facultades cognitivas se basan en procesos cuánticos,
es decir, nuestro cerebro utiliza los
principios de la física cuántica.
Para los expertos,
nuestros pensamientos y nuestras reflexiones, el raciocinio provocado por la toma de decisiones, las asociaciones
de ideas que nos permiten interpretar el mundo en que vivimos, nuestra imaginación creativa, son procesos que no se ajustan a los
principios de la lógica clásica, sino
que son de naturaleza cuántica.
Así, cada vez que
tomamos una decisión, valoramos simultáneamente distintas alternativas, pero solo optamos por una, es
más o memos como sucede en el fenómeno
de superposición cuántica.
El físico y matemático
británico George Penrose, postuló que nuestro encéfalo se comporta como un
ordenador cuántico. No quiero teorizar
más sobre este tema, sino jugar con vuestros cerebros, por ejemplo: ¿El punto azul está delante o
detrás?
Si observáis bien, las dos respuestas son válidas Lo mismo ocurre con la “copa de Rubin”, del psicólogo danés: ¿Es una copa o son dos
caras?
También aquí, las dos
respuestas son válidas. Parece que estemos jugando como la paradoja del “gato de Shhrödinger”
que se nos preguntaba: ¿El gato esta muerto o vivo? y que presentaba el
fenómeno cuántico de la superposición,
como nuestras decisiones cotidianas.
La imaginación humana es
tan perfecta que los ingenieros que trabajan en
la Inteligencia Artificial les será muy difícil de imitar, por
ejemplo, la maestría del artista neerlandés Maurits Corneli Escher (1898 – 1972) en su
obra “Cascada (1961)” que de nuevo la
imagen engaña a nuestro cerebro.
El agua de la cascada
cae, y es recogida por una canal de retorno
hasta la parte más alta, pero si observamos con atención, veremos que
todo el recorrido está en un mismo plano.
El cerebro artificial
De los ordenadores de
IBM que programé en m juventud hasta la llamada Inteligencia Artificial de
ahora, la cual es capaz de
autoprogramarse para ser cada vez más inteligente, con el peligro a que llegue
a ser más inteligente que los humanos, todo ello ha pasado en unos pocos años de mi vida, en donde hoy se abre un
abanico de ventajas para la sociedad
y la vez de peligros como que la
I,A. nos sustituirán en innumerables
tareas y por su ética en sus decisiones. Todo este avance ha sido, desde aquellos ordenadores que me
comunicaba con ellos mediante fichas
perforadas, hasta los de hoy día los ordenadores cuánticos que quieren imitar a
nuestro cerebro.
Por mi desconocimiento total del ordenador
cuántico, quise visitar el pasado día 7 de febrero, Barcelona
Supercompunting Center (BSC) con sus
ordenadores MareNostrum 5 y el ordenador cuántico MareNostrum-Ona, siendo una
de las 20 instalaciones más potentes del mundo,
y situado éste último dentro de
la Capilla Torre Girona por lo que les
han dado el premio al emplazamiento más
bello de ordenadores del mundo.
Agradezco la deferencia
y las atenciones del personal de BSC por atenderme un día después de la inauguración y puesta en
marcha del ordenador cuántico.
No obstante, a pesar de que el ordenador
MareNostrum 5 con sus 200 metros cuadrados de armarios llenos de placas de
procesadores que pueden realizar 314.000 billones de cálculos por segundo, no
les quise decepcionar con mi opinión de
ingeniero jubilado, y que en
mi juventud llegué a programar ordenadores de IBM, y es que
aquellos de antaño y los de ahora,
aunque sean cuánticos, su cerebro corre la electricidad, como los cerebros de
los humanos, pero se han olvidado de la química.
La distancia que separa
dos neuronas en una conexión sináptica es diminuta, pero es un abismo insalvable para a corriente eléctrica, se
necesitan los neurotransmisores químicos:
- El Glutamato, el neurotransmisor de la memoria.
- La Gamma-aminobutírico el neurotransmisor calmante.
- La Aceticolina, el
neurotransmisor del aprendizaje.
- La Serotonina, el neurotransmisor del sueño.
- La Dopamina, el neurotransmisor del placer.
- Las Endorfinas, los neurotransmisores de la felicidad.
Por lo tanto, aunque los
ingeniero informáticos de hoy día hayan construido ordenadores
con cerebros artificiales dotado
de redes neuronales y con procesadores
cuánticos similar al cerebro humano, haciendo una analogía con las fábulas del
escritor francés La Fontaine, no son
más que gallos de gallinero, y
nosotros seguimos siendo las águilas
El antiguo MareNostrum
4 en el interior de la Capilla Torre Girona, ya desmantelado actualmente. Ahora
está ubicado el ordenador cuántico.
Notas:
1ª Que casualidad que en
la época en que yo pintaba, la copa de
Rubin me inspirara esta composición
2ª Y como admirador de
Escher, también le hice un guiño con
esta pintura, donde los conductos de un edificio al otro son contrarios a la
lógica.
3ª La computación cuántica se caracteriza
por el uso de bits cuánticos o cúbits en vez de los tradicionales. En la
computación clásica los bits solo tienen dos estados, cero y uno. Sin embargo,
en un ordenador cuántico lo que circulan son cúbits. Un cúbit puede estar en un
estado cero, puede estar en estado uno, y puede estar en una superposición de
esos dos estados. Hay infinitas superposiciones dependiendo del peso que se le
dé al cero y al uno. Por eso los ordenadores cuánticos tienen tanta potencia de
cálculo.