El fiordo de Hellseylt
La entrada de mi blog del lunes pasado no la publiqué por encontrarme de vacaciones en un crucero por los fiordos noruegos.
Recuerdo, que una tarde estirado en una tumbona de la cubierta nº
10, mientras el crucero navegaba plácidamente por un fiordo Noruego, debo
confesar que me quedé dormido y tuve un precioso sueño freudiano:
“Un pasajero se cayó al
mar y pedía auxilio de forma desgarradora.
En la cubierta había bastantes personas angustiadas por el trance, y
parecían que ningunas de ellas estuvieran dispuestas a lanzarse al agua para
auxiliarlo.
De repente, Felipe se
lanzó al mar sin coger ningún salvavidas de los
que estaban colgados en la
cubierta.
Los miembros de la
tripulación gritaron “hombre al agua”, el barco aminoró su velocidad y se paró
totalmente. Una barca de salvamento descendió desde la cubierta hasta el mar,
con unos marineros. Se dirigieron hasta
el accidentado y su héroe salvador y los rescataron del mar.
Una vez en cubierta,
Felipe, recibió toda clase de elogios de los presentes. Una vez repuesto de su
hazaña, dijo:
- ¡Me gustaría saber quién me ha
empujado!”
Bueno, todos sabemos que quien le ha empujado es Juan Carlos. Lo importante fue que
una vez Felipe, fue empujado y se encontró en el mar, se dirigió a la ayuda del
accidentado.
Lo malo de España es que el pobre Felipe se encuentre con varios
náufragos a la vez: el empobrecimiento de la población, la financiación
ilegal de los partidos, la corrupción
generalizada, la politización del poder judicial, el derecho de decidir de Catalunya, etcétera.
¿A quién salva primero? La tarea no es fácil, y además, sólo
cuenta con su poder moderador y no ejecutor. Como consejo le puedo indicar que
actúe como una navaja suiza multiuso
y no lo haga como lo hacen la mayoría de sus gobernantes que le rodean, que
actúan como una navaja albaceteña que sólo pincha y corta.
Nos pasamos casi toda nuestra vida entre paredes o en la calle
entre edificios, agravados por ciertos hábitos caseros sedentarios, TV, ordenador,
videojuegos, whatsapp, etcétera, y por todo ello diagnostican los entendidos, que
tenemos déficit de naturaleza. Este, crea cada vez más, síndromes de
atención e hiperactividad, depresión, ansiedad, obesidad, etcétera. Y es que todos nosotros tenemos una
necesidad instintiva de conectar con la naturaleza.
Cuentan los entendidos que la mente se expande cuando contempla el
horizonte desde lo alto de una montaña o
a pie plano, desde la costa, en cambio,
se contrae en espacios cerrados. Se han realizado estudios en diversos
hospitales que demuestran que aquellas habitaciones con vistas a la naturaleza,
aceleran la recuperación del paciente Ya
lo dijo el filósofo Plotino de
Alejandría (205-270 d.d.C) que afirmaba que:
“la
psique se convierte en aquello que contempla”
Notas:
Una
investigación de la revista Science demostró como la ubicación en un entorno de naturaleza de un hospital de Oregón
en E.E.U.U, redujo el tiempo de recuperación
de cinco a dos días y ayudo a los pacientes que necesitaran menos
medicamentos para el dolor, así que se redujo la dosis de dos
y media a una.
La foto que encabeza este aparatado
es del
autor de este blog y es de la
cascada de Kjosfossen, en que no sólo es espectacular su contemplación sino
también por el beneficio para la salud por la ionización negativa de sus
partículas de agua. Si queréis saber más sobre la ionización negativa acudid a
la página 311 de mi novela empresarial colgada en este blog.
La cascada es
de 93 metros de altura y alimenta de
energía eléctrica al tren de Flam que
hace el recorrido hasta Myrdal
(Noruega) y en dónde hace un alto en el
camino para poderla contemplarla.
En estos quince días he tenido mas del doble de visitas que en una semana, por lo que deduzco que mis lectores no tienen tanto tiempo como yo desearía, por lo que he decido que a partir de ahora publicaré una entrada cada quince días.
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