jueves, 7 de mayo de 2015

EL TRABAJO Y LA RELIGIÓN

No he podido colgar este post el lunes pasado, como es mi costumbre,  por estar de viaje fuera de España. Pido disculpas a mis lectores, en forma especial, a aquellos que me lo han reclamado.
El pasado primero de mayo se celebró el día del trabajo, y hoy quiero hablar de su vertiente religiosa, ya que la visión política del mismo, la  afronté en mi entrada de hace aproximadamente un año (5-05-2014, “La luna en la política y en empresa”), y todo sigue igual. 

El origen del trabajo

El trabajo, está fundamentalmente ligado a la condición humana desde los primeros tiempos de su existencia, por lo que se cuenta en  la biblia, Yavé Dios en el jardín de Edén le dijo al hombre:
“Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te había prohibido comer; ¡maldita sea la tierra por tu culpa! Con fatiga sacarás de ella tu sustento todos los días de tu vida.
Ella te dará espinas y cardos y comerás hierba de los campos.
Con el sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra de la que fuiste formado. Porque eres polvo y al polvo volverás”
(Génesis 3,17-18-19).


El trabajo en el siglo XX de la era cristiana

Recuerdo, que en posguerra española y durante años después, en las viviendas,  detrás de la puerta de entrada, se colgaba una placa metálica con la estampa esmaltada de SAN PANCRACIO, que fue mártir, por haber sido decapitado por su cristianismo a los 14 años por el  emperador Diocleciano.


San Pancracio  era venerado por los habitantes de las casas que custodiaba, como el santo patrón del trabajo y de la salud

Este santo  era  portador de un libro donde se podía leer el latinajo:

“VENITE AD ME ET EGO DABO OMNIA BONA”
          que significa:

“VENID A MI Y OS DARE TODOS LOS BIENES”

Creo que no hay otros bienes tan apreciados como: EL TRABAJO Y LA SALUD.
En aquel entonces, sea por San Pancracio o por otras circunstancias, no faltaba el trabajo a ninguna familia, aún más, toda la familia trabajaba, y había trabajo hasta  para los niños.

Y para una mayor felicidad, un tal  Alexander Fleming inventó la PENICILINA para proteger desde entonces nuestra salud.

En 1954, el Papa Pio XII declaró el primero de mayo festividad de San José Obrero, uniéndose  a la festividad del “día del trabajo” ideada por las organizaciones socialistas y los sindicatos.

El trabajo en el siglo XXI

El otro día,  el primero de mayo, jornada festiva, hubiese sido  la forma de celebrar el sostenimiento de la familia y el desarrollo de una profesión u oficio, como  lo hizo San José de Nazaret, pero en este siglo el “modelo  de trabajo ha cambiado”, ya que por desgracia el trabajo escasea y no hay para todos.

Los derechos humanos nos dicen que TODAS LAS PERSONAS tienen  derecho a un trabajo digno y convenientemente remunerado. Según la iglesia, San Ambrosio dijo:

“Es un homicidio negar a un hombre el salario necesario para vivir

Y yo le aplaudo, y espero que en este siglo XXI tan faltos de valores y milagros, San Pancracio interceda por todos nosotros, como lo hizo en el siglo pasado, y que de una puñetera vez, todos los trabajadores en paro puedan cumplir con sus deberes y vivir con dignidad.

Notas:
1.-Juan Goytisolo (Barcelona, 1931),  recibió el premio Cervantes el pasado 23 de abril, y en su discurso de la toma de posesión del mismo, pronunció un discurso como un ciudadano más que está indignado, arremetiendo contra los desahucios, contra la corrupción, las verjas de Ceuta y Melilla, ….y acabó con un guiño: “Digamos bien alto que podemos”

 2.-El artículo 35 de nuestra constitución del año 1978, dice:

“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.

Recuerdo, a colación de la promoción interna en las empresas, que en cierta ocasión de mi vida profesional una gran empresa estatal, me hizo  innumerables pruebas de selección y exhaustivas comprobaciones médicas. Al final el Director General aprobó mi incorporación. Más o menos creo recordar que fue un jueves, ya que el viernes cuando quise comunicar mi baja al empresario de la empresa en donde yo trabajaba, éste no vino. Bueno, pensé, lo haré el lunes. El lunes a primera hora me llamó el Director General de la gran empresa estatal, para comunicarme que mi incorporación había sido vetada por el Comité de Empresa que exigía que mi cargo fuera cubierto por promoción interna.

Hoy día, ya no se habla de convenios, ni de Comités de Empresa, ¿la nueva “reforma laborar” ha arrasado con todo los derechos de los trabajadores?

3.-El primero de mayo yo estaba en Bélgica concretamente en la localidad de Lieja. En una plaza que hay que circunda la Catedral, había un acto en conmemoración de la fiesta del trabajo. Era una verdadera fiesta que combinaba la gastronomía, la música y tenderetes con información de toda clase sobre el movimiento obrero (mi amigo Julián L.B., que me acompañaba compró un libro sobre este tema ambientado a principios del siglo pasado).

Dos cosas  me transportaron al pasado: las imágenes de niños con globos rojos con el anagrama en amarillo de la hoz y el martillo y la actuación en un estrado de unos jóvenes imitando a los míticos Beatles.



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