Dedicado
a mis amigos Ingenieros de Industrias Textiles: Ramón B., Emilio B., Emili C.,
y Lluís V., y a sus respectivas esposas, que cada cuatro meses nos reunimos
para comer y charlar.
Mi primer encuentro gastronómico de alto
nivel se lo debo a las computadoras y a continuación os explico el motivo.
Mi primer encuentro con las computadoras
Las primeras computadoras que conocí fue en el año 1970, y fueron de la marca IBM y se denominaban 360/20
y Sistema 3, la primera introducía los datos por medio de "fichas perforada de gran tamaño", y la segunda con "fichas
perforadas de pequeño formato".
Las fichas perforas del 360/20 y la
mencionada computadora
Antes de
seguir con mis experiencias con las computadoras, quiero ensalzar la labor del técnico
textil francés Joseph Marie Jacquard que
en 1801, inventó un sistema que se
acoplaba a los telares, para poder tejer dibujos para brocados, damascos,
etcétera, por medio de cartones perforados,
que cada uno de ellos correspondía a una pasada del tejido.
Los cartones perforados de Jacquard y a la izquierda
el tejido resultante
En reconocimiento a su
invento, su ciudad natal Lyon, le erigieron una estatua en su honor.
La plaza de la Croix-Rousse con la estatua de Jacquard
El
invento del mecanismo de Jacquard, con sus cartones perforados para los telares
que producían dibujos, sirvió de ejemplo para
las primeras computadoras de la historia,
que utilizaban fichas perforadas
como soporte de entrada de datos. El artífice
de la adaptación de Jacquard a la informática fue del estadounidense Herman
Hollerith que fundó la compañía International Business Machines (IBM).
En el año
1970, vi la necesidad, para el grupo en que yo trabajaba como "organizador empresarial", que la producción tenía que estar controlada
por una computadora, por ello me formé en
IBM para este menester.
Mis certificados de los curso que hice
en IBM: Conocimiento de sus ordenadores y el curso de programación
La gastronomía y las computadoras
Modestia aparte, fui uno de los primeros ingenieros que
controlé la producción textil por medio
de una computadora, y mi experiencia la divulgué
al sector por medio de charlas
patrocinadas por la misma IBM.
A mediados de los años 70, IBM lanzó
para la industria la computadora Sistema 1, que ya llevaba años en el campo de
la aviación y de la marina, era el ordenador que gestionaba lo que vulgarmente es
conocido como el "piloto automático". Por este motivo invitaron algunos empresarios y a mí, a un viaje, nada menos que a la ciudad de
Jacquard, Lyon, para ver una aplicación de la computadora
mencionada en la industria. Nos trasladamos a la mencionada ciudad en un vuelo
privado con un Jet propiedad de IBM.
Antes de subir al Mystère de IBM (avión a reacción de unas 10 plazas). Yo soy el del
centro de la foto con un portafolios
En Lyon
nos llevaron a comer al Restaurante de
Paul Bocuse, creador de la Nouvelle
Cuisine, que según la opinión de los
directivos de IBM, era en aquel entonces, el mejor restaurante del mundo, y ostentaba tres
estrellas Michelin.
Mi segunda
experiencia de la alta gastronomía, se la debo a una iniciativa de Mila que me
propuso ir a El Bulli situado en la cala Montjoi (en Rosas, Girona), cercano a
Begur donde estábamos pasando el verano, y que ya tenía fama desde la llegada
de Ferrán Adriá en 1987. Este acontecimiento ocurrió en el año 1992 que por
aquel entonces El Bulli solo ostentaba dos estrellas Michelín, la tercera la logró 1997. Aún guardo la
factura, y antes que desaparezca la
tinta, la incluyo digitalmente con
vuestro permiso, como otros
apuntes autobiográficos que incluyo siempre en mis relatos.
Ferrán
Adriá estuvo en las portadas del THE NEW YORK TIMES y de LE MONDE, que lo tacharon
como el máximo seguidor de la Nouvelle Cuisine,
de alquimista, y ser el mejor cocinero del mundo, pero a pesar de toda
esta fama en el año 2011, El Bulli cerró sus puertas. Si me preguntáis a
mí la causa del cierre, yo os diría por no aplicar suficientemente la
informática a su negocio, por ejemplo, en el menú de degustación que fui
testigo, había un camarero por cada mesa, la nuestra era de dos personas como
otras. El camarero explicaba cada plato que servía, y eran muchos platos con
muy poca cantidad, yo le hubiese sugerido a Ferrán, poner una pantalla informática a cada mesa y por
medio de un menú, los comensales se
informaran de los que estaba degustando e incluso más ampliamente, y podía haberse ahorrado la mitad del personal,
esto es lo que se llama productividad.
La
gastronomía sin estrellas Michelin
Recuerdo una tercera aventura con la
computadora IBM Sistema 36 (en la tercera empresa que trabajé), cuando nos conectamos por vía telefónica la computadora situada en la
fábrica, en Navás, con las oficinas situadas
en los que es hoy el edificio de La Vanguardia (Diagonal con Francesc
Maciá). En aquellos tiempos habían pocas empresas que
utilizaban este sistema de larga conexión.
Por ejemplo, si una foto contenía 20
millones de bits (bit, del inglés Binary
unIT, unidad de información) y la línea telefónica tenía una capacidad de
transmisión de diez mil bits por segundo (en este momento no recuerdo bien la
velocidad en aquella época pero no creo estar muy equivocado), tardaba en aparecer
en nuestras pantallas de Barcelona 33,3 minutos.
20.000.000 / 10.000 =
2,000 segundos = 33,3 minutos
En mi estancia en esta empresa guardo gratos recuerdos
gastronómicos con mis desayunos y mis comidas en el restaurante próximo, hoy
desaparecido La Oca (Francesc Maciá con Diagonal). Esta entidad, nos
suministraba el cáterin a todas las celebraciones que organizábamos en la
oficina y en el showroom con motivo
de nuestros desfiles de modelos
femeninos y masculinos para las dos temporadas del año, y también
durante la venta de nuestros productos. Por lo tanto, el personal de La Oca a mi me
llevaban "en bandeja".
Desfile de modelos en nuestro showroom para Giulio Andreotri (primer
ministro italiano)
De La Oca
aprendí hacer un desayuno, que hoy día
alguna vez me lo hago yo personalmente, una tostada con un huevo revuelto
encima, que no es un huevo frito ni es
una tortilla, pero el gusto es exquisito.
Recuerdo
también mis estancias por trabajo en Madrid, con la visita a los mejores
restaurantes. En la época que os hablo, se puso de moda en Barcelona y en Madrid
el Restaurante-Espectáculo la Scala (cena con espectáculo), hoy ambos desaparecidos. Recuerdo que el de Barcelona fui con Mila y unos amigos, y por el
contrario, en Madrid asistí obligado por mi deber profesional.
El presidente de mi compañía
(de nacionalidad italiana) con su secretaria y yo de pareja con la hermana del
presidente (Scala Meliá Castilla de Madrid, 1985)
En mi
última etapa de mi vida profesional volví a mis inicios, y entré a trabajar en
una compañía de organización de empresas, y en el año 2001 tuve la suerte de
que me adjudicaran la implantación de un sistema de calidad a una empresa de
Bilbao. Luego a los 65 años, empecé a ejercer como profesional libre, y los
seguí teniendo como clientes hasta el año pasado 2018, que por fin me he
retirado profesionalmente.
Pues bien,
en esta compañía me volví a reencontrar con una computadora IBM y el olvidado "papel
pijama". La implantación del sistema de calidad debo decir que fue un
éxito debido a la preparación en informática del Director General de la compañía que se consiguió una gestión excelente de
calidad que en el argot de organización decimos: "papeles cero".
Por línea general,
les visitaba tres días dos veces al año,
y debo confesar que me llevaron a comer a los mejores restaurantes de Bilbao y
de sus alrededores, durante estos 17 años de colaboración.
A la izquierda Director General Joseba y su
equipo de Calidad: Pablo y Oscar
En Bilbao, cuando visitaba esta
compañía ha sido las únicas veces que me acostaba sin cenar, haciendo en parte
caso a la cita cervantina:
"Come
poco y cena más poco: que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina
del estómago"
Don Quijote, Tomo II cap. XLIII
Notas:
1ª
Auguré tanto éxito en el futuro de la informática, que envié a mi hijo Paco a
cursos de formación en IBM. Recuerdo
también, que fui uno de los primeros en la implantación en las oficinas en "el tratamiento de textos" (1985),
una especie de Word de ahora, y lo hice por
medio de computadores personales (antes
que lanzara IBM los suyos) de la casa AMSTRAD (marca inglesa) y que fui unos de
los distribuidores para Barcelona. Recuerdo que además del tratamiento de
textos, por medio del lenguaje BASIC, se
podían realizar pequeños programas de
gestión. Enseñé a mi hijo Paco a programarlos, y uno de nuestros clientes con nuestra ayuda, fue el precursor en la gestión de ventas de
entradas anticipadas de espectáculos, en aquel entonces con gestión mixta, por la intervención del teléfono y la gestión
informática propuesta por nosotros.
2ª
Reivindico una vez más el color amarillo, en esta ocasión con el amarillo del huevo revuelto que a veces me lo hago
en recuerdo de los desayunos que me hacían en La OCA.
3ª
Nuestra ciudad de Barcelona ha alcanzado los 1.650.000 habitantes, la cifra más
alta desde 1990. En cambio la tasa de natalidad es la más baja de los últimos
15 años. La población extranjera asciende a más de 333.000 personas (20 % del
total) de 179 países (la mayor parte son italianos), por eso tenemos la fama de ciudad cosmopolita.
4ª
El pasado día 25 de julio, perdió por
segunda vez, Pedro Sánchez la votación para su investidura. Cuando yo era un
chaval leía las aventuras del detective Sherlock Holmes, personaje que creó Arthur Conan Doyle en 1887,
y recuerdo que este famoso detective
tenía dos frases que reiteraba
constantemente en la solución de sus casos que
investigaba, y que me vienen como anillo al dedo para explicar las
causas de la fallida investidura.
La
primera frase era: "Elemental, mi
querido Watson", para denotar una deducción obvia, como obvio era que
si no pactaba, como mínimo con Podemos, perdía la votación de investidura.
No
obstante, debo pensar que Pedro Sánchez, es casi tan listo como era mi detective
preferido de mi juventud, y que cuando
tenía que resolver un caso difícil,
decía: "Este es un problema para
tres pipas", con ello, quería resaltar la importancia de tomar el
TIEMPO NECESARIO para realizar un conveniente ANÁLISIS y una conveniente
REFLEXIÓN del problema. A mayor complejidad del problema hay que dedicarle más
tiempo al mismo. Con todo, Pedro, ya se ha tomado el tiempo para fumarse dos
pipas, veremos lo que pasa después de la tercera.