jueves, 22 de agosto de 2019

LA GASTRONOMIA Y LAS COMPUTADORAS


 Dedicado a mis amigos Ingenieros de Industrias Textiles: Ramón B., Emilio B., Emili C., y Lluís V., y a sus respectivas esposas, que cada cuatro meses nos reunimos para comer y charlar. 

Mi primer encuentro gastronómico de alto nivel se lo debo a las computadoras y a continuación os explico el motivo.


Mi primer encuentro con las computadoras

Las primeras computadoras que conocí fue en el año 1970, y fueron de la marca IBM y se denominaban 360/20 y  Sistema 3, la  primera  introducía los datos por medio de "fichas perforada de gran tamaño",  y la segunda con "fichas perforadas de pequeño formato". 
Las fichas perforas del 360/20 y la mencionada computadora

Antes de seguir con mis experiencias con las computadoras, quiero ensalzar la labor del técnico textil francés Joseph Marie Jacquard  que en 1801,  inventó un sistema que se acoplaba a los telares, para poder tejer dibujos para brocados, damascos, etcétera,  por medio de cartones perforados, que cada uno de ellos correspondía a una pasada del tejido.


Los cartones perforados de Jacquard y a la izquierda el tejido resultante

 En reconocimiento a su invento,  su ciudad natal Lyon,  le erigieron una estatua en su honor.


La plaza de la Croix-Rousse con la estatua de Jacquard

El invento del mecanismo de Jacquard, con sus cartones perforados para los telares que producían dibujos, sirvió de ejemplo   para las primeras computadoras de la historia,  que  utilizaban fichas perforadas como soporte de entrada de datos.  El artífice de la adaptación de Jacquard a la informática fue del estadounidense Herman Hollerith que fundó la compañía International Business Machines (IBM).

En el año 1970, vi la necesidad, para el grupo en que yo trabajaba  como "organizador empresarial",  que la producción tenía que estar controlada por una computadora, por ello  me formé en IBM para este menester.


Mis certificados de los curso que hice en IBM: Conocimiento de sus ordenadores y el curso de programación


La gastronomía y las computadoras

Modestia aparte,  fui uno de los primeros ingenieros que controlé  la producción textil por medio de una computadora, y  mi experiencia la divulgué al sector por medio de  charlas patrocinadas por la misma IBM. 

A mediados de los años 70, IBM lanzó para la industria la computadora Sistema 1, que ya llevaba años en el campo de la aviación y de la marina, era el  ordenador que gestionaba lo que vulgarmente es conocido como el "piloto automático". Por este motivo  invitaron algunos empresarios y a mí,  a un viaje, nada menos que a la ciudad de Jacquard,  Lyon,  para ver una aplicación de la computadora mencionada en la industria. Nos trasladamos a la mencionada ciudad en un vuelo privado con un  Jet propiedad de IBM.



Antes de subir al Mystère  de IBM (avión  a reacción de unas 10 plazas). Yo soy el del centro de la foto con un portafolios

En Lyon nos llevaron a comer al  Restaurante de Paul Bocuse, creador de la Nouvelle Cuisine,  que según la opinión de los directivos de IBM,  era en aquel entonces,  el mejor restaurante del mundo, y ostentaba tres estrellas Michelin.

Mi segunda experiencia de la alta gastronomía, se la debo a una iniciativa de Mila que me propuso ir a El Bulli situado en la cala Montjoi (en Rosas, Girona), cercano a Begur donde estábamos pasando el verano, y que ya tenía fama desde la llegada de Ferrán Adriá en 1987. Este acontecimiento ocurrió en el año 1992 que por aquel entonces El Bulli solo ostentaba dos estrellas Michelín,  la tercera la logró 1997. Aún guardo la factura,  y antes que desaparezca la tinta,  la incluyo digitalmente con vuestro permiso, como otros apuntes autobiográficos que incluyo siempre en mis relatos.
 
Ferrán Adriá  estuvo en las portadas del THE  NEW YORK TIMES y de LE MONDE, que lo tacharon como el máximo seguidor de la Nouvelle Cuisine,   de alquimista, y ser el  mejor cocinero del mundo, pero a pesar de toda esta fama en el año 2011,   El Bulli cerró sus puertas. Si me preguntáis a mí la causa del cierre, yo os diría por no aplicar suficientemente la informática a su negocio, por ejemplo, en el menú de degustación que fui testigo, había un camarero por cada mesa, la nuestra era de dos personas como otras. El camarero explicaba cada plato que servía, y eran muchos platos con muy poca cantidad, yo le hubiese sugerido a Ferrán, poner  una pantalla informática a cada mesa y por medio de un menú,  los comensales se informaran de los que estaba degustando e  incluso más ampliamente,  y podía haberse ahorrado la mitad del personal, esto es lo que se llama productividad.
  


La gastronomía sin estrellas Michelin

Recuerdo una tercera aventura con la computadora IBM Sistema 36 (en la tercera empresa que trabajé), cuando nos conectamos por vía telefónica la computadora  situada en la fábrica, en Navás, con las oficinas situadas  en los que es hoy el edificio de La Vanguardia (Diagonal con Francesc Maciá). En aquellos tiempos habían pocas empresas que utilizaban este sistema de larga conexión.

Por ejemplo, si una foto contenía 20 millones de bits (bit, del inglés Binary unIT, unidad de información) y la línea telefónica tenía una capacidad de transmisión de diez mil bits por segundo (en este momento no recuerdo bien la velocidad en aquella época pero no creo estar muy equivocado), tardaba en aparecer en nuestras pantallas de Barcelona 33,3 minutos.

20.000.000 / 10.000 = 2,000 segundos = 33,3 minutos

En mi estancia en  esta empresa guardo gratos recuerdos gastronómicos con mis desayunos y mis comidas en el restaurante próximo, hoy desaparecido La Oca (Francesc Maciá con Diagonal). Esta entidad, nos suministraba el cáterin a todas las celebraciones que organizábamos en la oficina y en el showroom con motivo de  nuestros desfiles de modelos femeninos  y masculinos para las dos  temporadas del año,   y también durante la venta de nuestros productos.  Por lo tanto, el personal de La Oca a mi me llevaban "en bandeja".

Desfile de modelos en nuestro showroom para Giulio Andreotri (primer ministro italiano)

De La Oca aprendí hacer un desayuno,  que hoy día alguna vez me lo hago yo personalmente, una tostada con un huevo revuelto encima, que no es un huevo frito  ni es una tortilla, pero el gusto es exquisito.

Recuerdo también mis estancias por trabajo en Madrid, con la visita a los mejores restaurantes. En la época que os hablo, se puso de moda en Barcelona  y en Madrid  el Restaurante-Espectáculo la Scala (cena con espectáculo),  hoy ambos desaparecidos. Recuerdo que el de  Barcelona fui con Mila y unos amigos, y por el contrario,  en Madrid asistí  obligado  por mi deber profesional.
El presidente de mi compañía (de nacionalidad italiana) con su secretaria y yo de pareja con la hermana del presidente (Scala Meliá Castilla de Madrid, 1985)

En mi última etapa de mi vida profesional volví a mis inicios, y entré a trabajar en una compañía de organización de empresas, y en el año 2001 tuve la suerte de que me adjudicaran la implantación de un sistema de calidad a una empresa de Bilbao. Luego a los 65 años, empecé a ejercer como profesional libre, y los seguí teniendo como clientes hasta el año pasado 2018, que por fin me he retirado profesionalmente.

Pues bien, en esta compañía me volví a reencontrar con una computadora IBM y el olvidado "papel pijama". La implantación del sistema de calidad debo decir que fue un éxito debido a  la preparación en  informática del Director General de la compañía  que se consiguió una gestión excelente de calidad que en el argot de organización decimos: "papeles cero".

Por línea general, les visitaba tres días  dos veces al año, y debo confesar que me llevaron a comer a los mejores restaurantes de Bilbao y de sus alrededores,  durante estos  17 años de colaboración.

A la izquierda Director General Joseba y su equipo de Calidad: Pablo y Oscar

En Bilbao, cuando visitaba esta compañía ha sido las únicas veces que me acostaba sin cenar, haciendo en parte caso a la cita cervantina: 

"Come poco y cena más poco: que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago"
Don Quijote, Tomo II cap. XLIII

Notas:
1ª Auguré tanto éxito en el futuro de la informática, que envié a mi hijo Paco a cursos de formación en  IBM. Recuerdo también,   que fui uno de los primeros  en la implantación en las oficinas  en "el tratamiento de textos" (1985),  una especie de Word de ahora, y lo hice por medio de  computadores personales (antes que lanzara IBM los suyos) de la casa AMSTRAD (marca inglesa) y que fui unos de los distribuidores para Barcelona. Recuerdo que además del tratamiento de textos,  por medio del lenguaje BASIC, se podían  realizar pequeños programas de gestión.  Enseñé  a mi hijo Paco a programarlos,  y uno de nuestros clientes  con nuestra ayuda,  fue el precursor en la gestión de ventas de entradas anticipadas de espectáculos, en aquel entonces con gestión mixta,  por la intervención del teléfono y la gestión informática propuesta por nosotros.       

2ª Reivindico una vez más el color amarillo, en esta ocasión con el  amarillo del huevo revuelto que a veces me lo hago en recuerdo de los desayunos que me hacían en La OCA.

3ª Nuestra ciudad de Barcelona ha alcanzado los 1.650.000 habitantes, la cifra más alta desde 1990. En cambio la tasa de natalidad es la más baja de los últimos 15 años. La población extranjera asciende a más de 333.000 personas (20 % del total) de 179 países (la mayor parte son italianos), por eso tenemos  la fama de ciudad cosmopolita.

4ª El pasado día 25 de julio,  perdió por segunda vez, Pedro Sánchez la votación para su investidura. Cuando yo era un chaval leía las aventuras del detective Sherlock Holmes,  personaje que creó Arthur Conan Doyle en 1887,  y recuerdo que este famoso detective tenía  dos frases que reiteraba constantemente en la solución de sus casos que  investigaba, y que me vienen como anillo al dedo para explicar las causas de la fallida investidura.
La primera frase era: "Elemental, mi querido Watson", para denotar una deducción obvia, como obvio era que si no pactaba,  como mínimo con Podemos,  perdía la votación de investidura.


No obstante, debo pensar que Pedro Sánchez,  es casi tan listo como era mi detective preferido de mi juventud,   y que cuando tenía  que resolver un caso difícil, decía: "Este es un problema para tres pipas", con ello, quería resaltar la importancia de tomar el TIEMPO NECESARIO para realizar un conveniente ANÁLISIS y una conveniente REFLEXIÓN del problema. A mayor complejidad del problema hay que dedicarle más tiempo al mismo. Con todo, Pedro, ya se ha tomado el tiempo para fumarse dos pipas, veremos lo que pasa después de la tercera.


 



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