"El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio".
"Sólo hay dos legados duraderos que podemos esperar dar a nuestros hijos. Uno de ellos son raíces, el otro, alas".
"La vida pertenece a los vivos, y el que vive debe estar preparado para los cambios".
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)
Cuando decoramos nuestro apartamento de Begur hace casi tres décadas, empezamos a coleccionar albarelos o recipientes de cerámica de forma cilíndrica, que usaban los boticarios para almacenar las hierbas y las pócimas sanadoras. Nuestras adquisiciones las exponíamos en unas repisas de obra en las alturas de nuestra sala de estar / comedor, y en nuestra biblioteca. Recuerdo que los últimos albarelos nos los regaló mi sobrina Diana que es farmacéutica.
Estos recipientes están vistosamente decorados e incluso en algunos de ellos describen con una leyenda el nombre de la hierba o de la pócima sanadora que almacenaba en su interior.
Hasta aquí todo normal, hasta que un día en unas de mis visitas a anticuarios de la zona del Baix Empordà (Bajo Ampurdán), encontré al que fue sin lugar a dudas mi albarelo preferido. Estaba decorado con la leyenda de la hierba o la pócima sanadora: POESIA. Busqué afanosamente en la farmacopea, si había una hierba o una pócima sanadora con este nombre, y mi búsqueda fue totalmente infructuosa.
Años después, leyendo la biografía de Goethe comprendí al maestro ceramista que con tanto acierto le dio nombre a mi albarelo preferido.
La poesía sanadora
Estamos en el año 1823, cuando el autor literario más famoso de Alemania, Goethe, tiene setenta y cuatro años, pero todavía se mantiene activo, con una creatividad prodigiosa. Está reposando en el elegante balneario de Marienbad, donde conoció dos años antes a Ulrike von Levetzow, que en aquel entonces contaba con sólo 17 años, de la cual se enamoró locamente.
Tengo que aclarar que hacía un lustro que Goethe había enviudado, y decidió pedir la mano de su amada, después de dos años de espera. Si bien el novio era viejo, Ulrike contaría con una elevada renta vitalicia cuando enviudara. Pero el dinero no todo lo compra, y fue rechazada su oferta.
Y en este desengaño amoroso empieza las dolencias de Goethe, se está muriendo de una gran pasión. El regreso en carruaje a su residencia de Weimar, es todo un calvario. A pesar de ello, en cada parada, en cada albergue transcribe lo que tiene en la cabeza lo que sería su próximo libro la "Elegía de Marienbad" (en poesía lírica)
Al llegar a su casa, Goethe, se derrumba y su estado de de salud es tan preocupante que sus familiares llamaron a su albacea y avisaron a su amigo el músico Zelter, el cual acudió rápidamente en su auxilio.
Zelter, decide leer una y otra vez, desde el amanecer hasta la puesta del sol, al viejo Goethe, su última obra, los poemas de la "Elegía de Mariendbad":
¡Fluyan
y rueden sin cesar! La llama
jamás se apagará, que me devora;
crepita, y por mi pecho se derrama
do muerte y vida traban lid ahora.
Para el dolor del cuerpo hay plantas buenas,
y a mí me ahogan inacción y penas.
Las reiteradas poesías, calmaron al viejo poeta como si fuera un bebé. Tiempo después, al recordar el momento de la lectura repetida, Zelter manifestó: "La curación vino de la misma flecha que lo hirió".
Así fue como la poesía recuperó a Goethe, estoy vivo, no he muero de amor, debió pensar, y poco tiempo después escribiría su obra cumbre "Fausto".
Su sanador
Los grandes compositores del momento, Schubert, Mendelssohn y mi admirado Beethoven, pusieron música a muchos poemas de Goethe, pero con el que hubo una comunión perfecta, fue con Carl Friedrich Zelter (1758-1832), el que sería su amigo durante cuarenta años, y tal como hemos descrito anteriormente su sanador.
Se hicieron famosos, sobre todo, con sus "lieder" (melodías en alemán para voz y piano).
Funda de disco con la imagen de los dos amigos: Goethe a la izquierda y Zelter a la derecha
Goethe, opinó sobre la música de su amigo: “apenas hubiera podido imaginar que la música pudiera expresar acentos tan cercanos al corazón”.
Sería exagerado decir, que no podían vivir el uno sin el otro, lo cierto es que los dos amigos fallecieron en el mismo año.
"Sobre las cumbres
hay paz,
en las copas de los árboles
apenas puedes
percibir un aliento,
los pajarillos han enmudecido en el bosque.
Espera, pronto
descansarás tú también".
(El reposo, poema de Goethe con música de Carl Friedrich Zelter)
Los premios Goethe
En el año 1930 el Premio Goethe fue para Sigmund Freud y sobre los poetas opinaba: "Siempre que llegaba a una conclusión, un poeta había llegado a ella antes que yo"
La biblioterapia
Ahora cambio mis estantes con los albarelos sanadores, por los estantes con libros, de los muchos cuadros sobre bibliotecas que pintaba mi admirado artista cordobés residente en Barcelona, Manuel Castro (1944-2020), que intuyó la importancia del poder de los libros
Fue en el año 1961 cuando por primera vez en la Webster International Dictionary se inscribió la siguiente definición:
"La BIBLIOTERAPIA es la utilización de un conjunto de lecturas seleccionadas como herramientas terapéuticas en medicina y psiquiatría. Además es un medio para resolver los problemas personales mediante una lectura guiada"
Reitero, la BIBLIOTERAPIA, asume que la lectura tiene propiedades para tratar de sanar a las personas ante diversos problemas como por ejemplo enfermedades mentales o trastornos emocionales, y darles una posible solución a través de lecturas recomendadas por expertos.
José Antonio Marina, sugiere esta iniciativa: "Cuando nos levantamos, deberíamos pensar en las cosas que tenemos, y dar gracias por ellas: un desayuno, un trabajo, una familia, una casa ... No todo el mundo dispone de estas cosas. Valorar lo que tenemos es parte de la gran poesía de lo cotidiano".
Notas:
1ª Gracias Manuel, tus sombreros de fieltro con sus cintas de seda, me han traído recuerdos de mi juventud. Me acuerdo que cuando yo era un chiquillo mi padre cubría su cabeza con uno de color gris.
2ª En Palafrugell (Girona), localidad cercana a Begur, hay una farmacia fundada en 1912 y que en sus escaparate exhiben una preciosa colección de albarelos.
3ª Ha habido una remodelación en el Gobierno, con nuevos y viejos ministros, a todos ellos espero que se apliquen la máxima, para el bien de todos, de mi protagonista de hoy, el insigne Goethe:
"No importa que lo que hagas no sea nuevo si lo haces como si nunca nadie antes lo hubiese hecho"
4ª Recuerdo que hace unos 50 años, nos quedábamos los sábados a comer en el Club de Tenis de la Salud un grupo de amigos, y formábamos una mesa larga de más de 20 comensales. Me acuerdo que mis tres hijos ya habían comido previamente y por la tarde tenían "la escuela de tenis", y uno de los profesores (Joaquín Fernández) había enseñado a jugar al tenis a mi padre y a mí, y por lo tato fue el profesor de tres generaciones de nuestra familia. Recuerdo que uno de los comensales era José Mª Gay de Liébana acompañado de su madre viuda. En el aquel entonces, José Mª debería estar cursando sus estudios universitarios, y a pesar de nuestra diferencia de edad, después de comer desafiando los cortes de digestión jugábamos un doble de tenis, y en alguna ocasión José Mª jugó conmigo de pareja.
Me acuerdo que inició su andadura pública con un programa de radio "Economía y deporte", y yo generalmente lo escuchaba en el coche de regreso a mi domicilio, y en cuanto hablaba de deporte se refería reiteradamente al tenis.
José Mª, soy solo un pobre escritor de este blog, y he escrito los gratos recuerdos que pasé con tu compañía, pero me he quedado sin palabras para describir que siento mucho tu pérdida.