Dedicado a mis amigos que juegan habitualmente conmigo a tenis
"La alegría es la piedra filosofal que todo lo convierte en oro"
Benjamin Franklin
Hoy se
celebra el DÍA MUNDIAL DE LA ALEGRÍA, y por este motivo, abusando
de vuestra benevolencia he querido reflexionar sobre esta importante emoción, que
es la antesala de la felicidad.
Los expertos psicólogos definen a la alegría como una emoción pasajera que se manifiesta principalmente por medio de
la risa o la sonrisa, o sus variantes, desde saltos, aplausos, bailes, haciendo la
ola, etcétera, es decir, la alegría se manifiesta de muchas formas diferentes,
generando un sentimiento placentero.
Y la definen como una emoción subjetiva, o sea, que depende de cada persona la causa tipo que
le provoca la alegría, y han llegado a la conclusión, que las personas alegres rinden más, tienen
más salud y superan las adversidades con más facilidad.
"La alegría es el ingrediente principal en el compuesto de la salud"
A. Murphy
¡Y cuidado!, dicen los expertos que la
alegría es contagiosa, y su contagio es
tan potente que me gustaría poderlo
conseguir con este escrito.
"No existe nada en el mundo tan irresistiblemente contagioso como la
risa y el buen humor"
Charles Dickens
¿La alegría
está en nuestros genes?
Según los expertos, el peso genético puede llegar a un 40% nuestra
predisposición a ser alegres y positivos,
o tristes y negativos, el otro
60% depende de cómo actuemos nosotros, del ambiente en el que nos rodeemos, e
incluso de nuestra dieta. Por ejemplo, la psiquiatra María Inés López Ibor dice: "La
alegría es una experiencia de la vida y se puede aprender". Y
además, dice que una dieta rica en triptófanos va activar la serotonina, y eso
nos puede ayudar a sentirnos alegres, por lo que es recomendable comer
chocolate, frutos secos, plátanos, etcétera. Sin lugar a dudas, y
afortunadamente, hay triptófanos en muchos de los alimentos de nuestra dieta
mediterránea.
Los genes no son una plantilla donde
especifica cómo seremos inevitablemente, sino que aportan instrucciones de
funcionamiento sobre cómo nos desarrollaremos en respuesta a nuestro entorno,
es decir, ante nuestra experiencia. Lo importante es lo que dice López Ibor,
que nos hemos de centrar en el efecto de la experiencia, dado que es algo en lo
que podemos intervenir.
Viñeta del libro "La felicidad" de Richard Layard (Economista y escritor británico, 1934) que dice:
"Me entran
ganas de llorar cuando pienso en los años que he desperdiciado acumulando
dinero, para acabar enterándome de que mi disposición a estar alegre es
genética"
Alegrémonos pues
Me acuerdo con cariño de estas dos palabras
en latín "Gaudeamos igitur" nuestro himno universitario de autor
anónimo. A continuación pongo la traducción de unas estrofas con mis comentarios.
La primera, estrofa pasa de la alegría
a la tristeza, siguiendo la característica de la alegría como una situación pasajera:
Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes.
Tras la divertida juventud,
tras la incómoda vejez,
nos recibirá la tierra.
Hay otra
estrofa, que me hace recordar a un entrañable e insigne catedrático del primer
curso de ingeniería, que después de su lección magistral, despedía a los asistentes
con estas palabras: "Señores ingenieros la clase ha
terminado"
Viva la Universidad,
vivan los profesores.
Vivan todos y cada uno
de sus miembros,
resplandezcan siempre.
Y acaba
con esta última estrofa en donde el autor del himno, que lo escribió hace siglos, intuyó la
dispersión por el mundo, de nuestros compañeros
de estudios:
Florezca el Alma Mater
que nos ha educado,
y ha reunido a los queridos compañeros
que por regiones alejadas
estaban dispersos.
Que tiempos eran
aquellos, que asistíamos a las clases de la Universidad con traje y corbata. Perdonadme, de la alegría he pasado a la nostalgia.
El animal que ríe
Aristóteles ya decía que "el
hombre (o la mujer, se entiende) es el único animal que ríe", hoy
día, podemos puntualizar, exceptuando
la famosa vaca del quesito francés….
Precisamente este verano he leído una novela corta del escritor austriaco Stefan Zweig, con el título de "Leporella", haciendo referencia el nombre del sirviente de la ópera de Mozart, Don Giovanni, Leporello. Un momento de la narración corrobora la cita de Aristóteles, cuando describe a la protagonista diciendo:
"Y nadie la había
visto nunca reír; también en eso se parecía a los animales, pues a las
criaturas irracionales de Dios no les ha sido dado el don de la risa, esa
bendita expresión de los sentimientos que brota espontáneamente".
Además, Henri Bergson (filósofo y
escritor francés, 1859-1941, Premio
Nobel de Literatura en 1927), un estudioso de la risa, añade: "el
hombre (o la mujer, se entiende) es el único animal que hace reír"
Freud, aunque parezca raro, escribió un libro divertido "El chiste y su relación con el
inconsciente" y decía que el sentido del humor tiene cierta ternura,
se ríe de nuestras debilidades para quitarnos el miedo, nos libera de las
solemnidades trascendentes, por ejemplo,
cuenta que "un condenado a muerte, camino al patíbulo, pregunta a su guardián:
"oiga ¿qué día es hoy? lunes. Pues sí que empiezo mal la semana"
No quiero ser menos que Freud, ahora, quiero arrancaros como mínimo una risa.
con unos simples chistes, y si luego explicáis
alguno de ellos a vuestros amigos, les
haréis reír, y observaréis que la
alegría es contagiosa.
Un maestro pregunta a los alumnos de
su clase: "Decidme una palabra que
tenga muchas "O"
- Victoria levanta la mano y dice:
"Goloso"
- y Pedro responde: "Gooooooooooooooooooooool
¿Sabéis cual es el oficio que más se
ríe?
-
el barrendero, porque siempre va riendo.
Despido estos chistes, con el recuerdo
de lo bien que lo pasé en mi juventud
leyendo a Conan Doyle con las
aventuras de sus dos emblemáticos
personajes, protagonistas de mi último chiste.
"Sherlock Holmes y
el Doctor Watson se van de campamento, y al anochecer montan una "tienda
de campaña", y luego se van a dormir.
En medio de la noche,
Holmes despierta a su amigo, y le dice:
- Watson, despierta, ¿que
ves?
Watson responde:
- Veo millones de estrellas,
de miles de galaxias, y deduzco que si en alguna de ellas hubieran planetas como en la nuestra, es muy posible
que al menos uno de ellos esté habitado como en la Tierra.
Holmes, enojado le
responde:
- Tu deducción es
errónea, elemental querido Watson, lo
que yo veo, es que nos han robado la "tienda de campaña".
Despedida
La alegría es como una bola de nieve,
que empieza a rodar por la pendiente y se va haciendo de mayor tamaño, por el
contrario, si la bola permanece quieta se derrite. La alegría esta almacenada en
nuestro cerebro, y la convertimos en
realidad cuando la pasamos del pensamiento a la acción.
La alegría estuvo, está y
estará almacenada en nuestros cerebros, aflorarla diariamente, dependerá de nuestra forma de proceder.
Notas:
1ª
El pasado día 17 asistí en el Gran Teatre
del Liceu de Barcelona, en la
celebración del 150 aniversario de la fundación de la Cruz Roja en Catalunya. Después de los
parlamentos de los responsables de esta entidad y del presidente Aragonés, el
teatro se llenó de júbilo y de alegría con la música y las canciones cantadas al unísono por varias corales, entre
las cuales estaba la Coral dels Enginyers
de Catalunya.
Constaté
que la alegría es contagiosa a través de los gritos de "bravo, bravo"
y de los aplausos, y como la electricidad que se almacena en baterías, espero,
que la alegría, de este momento haberla almacenado en parte, para poderla aflorar para contrarrestar en los momentos de pena.
De todo el recital, como no, destacaré la Oda de l'alegría por el
tema de hoy, y además, por ser de mi
compositor preferido, Beethoven
2ª
Durante el tiempo que paso en verano en Begur, no juego al tenis, pero el pasado día 27 me reuní con dos de los tres
amigos que jugamos habitualmente, con
sus respectivas esposas, y como no, ha sido un motivo más a añadir a mi almacén
de la alegría. A todos ellos les he dedicado este escrito, y de forma especial
a Xavier que no pudo asistir y se enfrenta esta semana con una intervención
médica, deseándole el top de la alegría que no he mencionado hasta hora:
"la alegría de vivir"
3ª
La pena: un 31 de julio de 1944, cuando finalizaba la Segunda Guerra
Mundial, el comandante Antoine de Saint-Exupéry
despegó con su avión a sus 44 años, voló sobre las aguas del Mediterráneo y por
causas desconocidas no regresó a su base.
La
alegría: el comandante Saint-Exupéry, nos dejó sus libros, entre ellos "EL PRINCIPITO"
"Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan lloran