lunes, 10 de agosto de 2015

LAS LAGRIMAS....



Cuando estamos tristes, y lo expresamos con lágrimas, este hecho es beneficioso para nuestra salud mental y física. Al llorar, se liberan hormonas que ayudan a disminuir los niveles de angustia y de dolor, y actúan como un calmante natural.

La lluvia de estrellas

Como sabéis, hoy es 10 de agosto y se rememora el martirio del diácono San Lorenzo, y concretamente en  las  noches del 12 al 15 de agosto coinciden con el mayor apogeo de la lluvia de estrellas, y también llamada, las lágrimas de San Lorenzo..

Este fenómeno es debido al Cometa Swift-Tuttle, que gira alrededor del sol cada 135 años y que pasó por última vez cerca de la Tierra en 1992, dejando tras de sí una cola de hielo y polvo. Desde entonces, por estas fechas, la Tierra pasa a través de estos fragmentos que al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, los fragmentos arden y caen provocando la “lluvia de estrellas”.

Este fenómeno se irá repitiendo, aunque cada vez con menos intensidad hasta llegar el año 2127 que volverá a regenerar su máximo esplendor, al pasar de nuevo el Cometa Swift-Tuttle cerca de la Tierra.


La Vía Láctea

Todo esto pasa en nuestra galaxia, la Vía Láctea, cuyo nombre es producto de la historia de la mitología que enlaza con mi último post, que hablo de mi héroe mitológico Hércules. El resumen de la historia que os quiero contar es la siguiente:

“El dios Júpiter  aburrido de los placeres del Olimpo, desciende a la tierra, yace con la mortal Alcmena y conciben a Hércules.
Júpiter se lleva a su hijo al Olimpo, y consigue que su esposa la diosa Juno, le amamantase  mientras dormía. La leche que se derramó de sus pechos se convirtió en estrellas constituyendo la Vía Láctea de nuestra galaxia”.


Hay una obra extraordinaria de Tintoretto denominada “El origen de la Vía Láctea”, y como os dije en mi  post anterior, cuando voy a una ciudad nueva, busco algún encuentro con Hércules,  en Londres, y concretamente en el museo National Gallery, nos encontramos.

Os voy a dar unas dimensiones para que nos demos cuenta de lo pequeños que somos aquí en nuestro planeta. La Vía Láctea, nuestra galaxia,  tiene un radio de 50.000 años luz; en ella ubica nuestro Sistema Solar y contiene alrededor de un millón  de millones de estrellas.
Las distancias son tan grandes que los astrónomos usan a menudo el año luz como unidad de longitud, siendo la distancia  que la luz viaja en un año.
 1 Año luz = 365 días x 24 horas x 3.600 segundos x 300.000 (velocidad luz en Km/segundos) = 9.460.800.000.000 kilómetros.
Para saber su radio, tendríamos que multiplicar la cifra anterior por 50.000 años luz.
Del millón de millones de estrellas de la Vía Láctea, la estrella más cercana a la Tierra es el sol, que  está a una distancia de 150 millones de kilómetros,  y su tamaño es el de una estrella mediana, (300.000 veces mayor que la Tierra) y está a la mitad de su vida,  se apagará de aquí a 5.000 millones de años.

La nebulosa Perseo

Es la nebulosa donde tendrá el mayor apogeo de la lluvia de estrellas en las próximas noches.
Para localizarla, basta con encontrar la Estrella Polar que indica el norte y era utilizada por los navegantes antes de tener otros medios más sofisticados. Está situada en la constelación Osa Menor, y ésta, tiene la forma  que se asemeja a un  carro formado por cuatro estrellas y una línea de tres que tiran de él, como si fueran los caballos. Pues bien, siguiendo el símil, el caballo de cabeza es la Estrella Polar. Y llegado a éste punto,  con la vista puesta en la línea de las tres estrellas que representan los caballos,  la prolongamos  hasta observar a cierta distancia una nebulosa de estrellas  de la constelación Perseo.
 
Las lágrimas de San Lorenzo

La noche del día 14 de agosto, que coincidirá  con el mayor apogeo de la "lluvia de estrellas", como todos los años, me estiraré en una tumbona en mi terraza de mi apartamento de la Costa Brava, y localizaré a la Osa Menor, y a la Estrella Polar, y luego por fin, la constelación Perseo.  Y como cada año, en aquel  momento de espera me pondré  a recordar  a mis seres queridos ausentes, en especial a mi hermano José Mª, que falleció hace un año, y como cada año, desde la constelación Perseo unas estrellas fugaces caerán hacia mí, posiblemente "las lágrimas de San Lorenzo" se juntaran con las mías.



Notas:

1ª Aún estáis a tiempo de compraros la revista Hola de esta semana,  del 12 agosto, número 3.706, y concretamente en la página 33, contiene un mapa de las estrellas del mes de agosto. En él encontrareis  a la Osa Menor, la Estrella Polar y la constelación de Perseo.

2ª Si en la noche del 14 de agosto, en la espera, pensáis en vuestros seres queridos que os han dejado, y  lloráis, ¡cuidado!, como dijo Rabindranath Tagore "....las lágrimas no te dejarán ver  las estrellas", pero os sentiréis  aliviados.







No hay comentarios:

Publicar un comentario