lunes, 5 de septiembre de 2016

MIS VERANEOS



Ahora que se está acabando un verano más (o menos) desde mi apartamento de Begur, y observando el mar, me vienen a mi memoria los veraneos de mi niñez y de mi adolescencia.

Mis veraneos en mi niñez, en Monsolís

Estuve hasta los doce años veraneando en Monsolis. Para haceros una idea de su situación,  en la realidad pertenece a  Montgat, es una calle a las afueras, paralela a la carretera nacional, que traspasando  ésta y la vía férrea, llegábamos a la playa. El nombre le vino por estar próxima a la  mansión y terrenos  del Marqués de Monsolís y que actualmente la calle lleva su nombre.
 La casa de mis abuelos en la actualidad (es la de dos pisos)
En aquel entonces no pasaban los coches por la calle.

Mis padres se conocieron allí, y mis abuelos maternos construyeron  una casa de dos pisos  donde finalmente veraneamos. Eran tiempos de la postguerra española y en plena II Guerra Mundial.  Los padres de los veraneantes llegaban  en tren desde Barcelona y nuestras madres nos llevaban  todas las tardes a la estación de Montgat, para recibirlos,  hasta  que por petición popular e influencia del marqués,  la RENFE puso un apeadero enfrente de la emblemática calle de nuestros juegos con el nombre de Monsolis.

Recuerdo que un día nuestros padres llegaron aquella tarde llenos de júbilo. Lo que se decía era que: "la guerra había terminado". Con los  lanzamientos de las dos bombas atómicas americanas, habían ocasionado el rendimiento de Japón que era el último reducto de la II Guerra Mundial que quedaba. Anteriormente se había acabado la contienda en Europa.

En aquella calle jugábamos con peonzas, el aro, a las balas con sus canicas,  y sobre todo íbamos en bici.

Pescábamos (no la acción sino en la realidad) a la orilla del mar con cañas de la riera, hilo de coser vez de sedal y con una aguja doblada que hacía de anzuelo.

Los veraneos eran muy largos ya que los colegios empezaban en octubre.

Recuerdo, que cuando regresábamos  en coche a Barcelona al final de nuestro veraneo,  en el momento  en que  miraba por el cristal posterior y veía que nos alejábamos de aquel entrañable lugar de veraneo, en  ocasiones  me llegué a emocionar Esto no me ha ocurrido nunca más.

Ya de  mayor, me he paseado por la calle de los juegos  de mi infancia. De aquella calle que no pasaban los coches salvo esporádicamente el carro del lechero, ahora casi no se podía pasar por los coches aparcados. Como muchos recuerdos  del pasado, la cruel realidad del presente ha roto su encanto. 

Ahora, nos reunimos a comer periódicamente un grupito de compañeros de juegos de aquella época: Ángeles, Montse, Loli, Carmen, Pepe y Gaspar, y hasta hace poco, también  mi hermanos José Mª que en paz descanse.


Mis veraneos en mi adolescencia, en La Roca del Vallés

Cosas de la vida o más bien la voluntad de mi padre,  del mar nos pasamos a la montaña e incluso con un castillo en ruinas. Esta etapa duró hasta que me casé.


En la casa de la calle de la Iglesia, y concretamente en las "golfas" pusimos una mesa de ping-pong. Recuerdo las innumerables partidas que hice con mi hermano José Mª. De la bicicleta nos pasamos a la Mobylette.

Era la época en que las familias pudientes tenían servicio. Nosotros, después de algunas  malas experiencias, mi madre decidió que en vez de servicio, prefería ir a comer cada día a la fonda del pueblo, denominada "El Parque". En Barcelona, lo hacíamos los sábados y domingos en el primitivo restaurante "Can Miserias" sito en la calle Borrell cerca de nuestra casa.

La música de mi tía Isabel, retornó de nuevo en mí,  a través de la trompeta de Alfonso, la armónica de Fredy y las canciones Franch Sinatra de Javier.

Mi padre con otros padres veraneantes fundaron el "Casino de La Roca", que lo equiparon con piscina, ping-pong y frontón. 

Hace unos días me paseé con Ignacio por el pueblo y fuimos a comer en "El Parque" y el hijo de los dueños con que yo había  jugado con él en el pasado, dejó la cocina por un momento para venirme abrazar.

Ahora no tienen Casino, ni frontón, ni piscina, y  el castillo  en ruinas en que yo  jugaba por dentro, ahora está restaurado, es privado y inaccesible, ¡que pena!

La amistad perdura y  nos reunimos a comer periódicamente un puñado de compañeros de juegos de aquella época: Mari Carmen, Montse, Lourdes, Marisa, Ana Mª, Fredy, Ignacio, Joaquín, y mi hermano Santiago.


Mis veraneos en Begur

Aquí he salido ganando, tengo mar y montañas y una de ellas con un castillo en ruinas que con mis hijos y con mis nietos he  transitado por su interior. Cerca de mi apartamento tenemos cuatro preciosas "Calas": Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna y Aigua Blava y que en todas ellas nos bañamos.

Begur, entre otras famas hay dos que quiero destacar, y no porque sean honorables, las hermosas casas de los indianos construidas algunas de ellas con las ganancias del tráfico de esclavos, y  por la película que se rodó en sus calles, en agosto de 1959 "De repente , el último verano" (Suddenly, last summer) con Elisabeth Taylor, Montgomery Clift y la mítica Katherine Hepburn, la trama estaba basada a una obra teatral de Tennessee Williams y trataba  de temas como la homosexualidad y el canibalismo, dirigida por Mankiewicz. Lo malo de la película es que los  Begurenses  quedan en muy mal lugar, matando y "comiéndose" al hijo en la ficción de Katherine Hepburn de  camino al castillo de Begur. Los españoles no la pudimos ver por la censura de la época hasta la muerte de Franco.
Elisabeth Taylor, en un plano desde el castillo de Begur

Cuando compramos el apartamento en el año 1988, me dio por pintar varios cuadros obras relacionadas con mi arquitecto preferido Gaudí, y algunas de ellas incluso las llegué a colgar en el apartamento y en mi piso de  Barcelona. Ahora no pinto, además últimamente tengo complejo de inferioridad al admirar las obras de mis amigos: Mª Angels, Julián y Marc. Ahora me da por escribir en mi blog, comentando la actualidad y  mis recuerdos del pasado abusando de todos vosotros.

Desde mi terraza de mi apartamento de Begur y contemplando el mar, me viene a mi memoria una cita del filósofo Arthur Schopenhauer, que dice:

“En  la  juventud,  la  vida  se  nos  presenta  como  un  futuro ilimitado;  en  la  ancianidad,  como  un  pasado  muy  breve.  A medida que nos adentramos en el mar, los objetos de la costa se vuelven cada vez más pequeños y difíciles de reconocer y distinguir, lo mismo ocurre con los años del pasado y todos sus acontecimientos y actividades”.

Notas:

He hablado de mis recuerdos, ahora voy a comentar la actualidad política.

1ª CIUDADANOS firmó un pacto con el PSOE en la anterior investidura, que fracasó por no apoyarles PODEMOS. Ahora CIUDADANOS pacta con el PP, para investir a Rajoy que lo negaba  durante toda su campaña electoral. Como estoy en un lugar marinero citaré un refrán que dice: "Quien no sabe dónde va, ni el mejor viento le lleva". Yo añado, también es necesario saber manejar el timón de la barca.

2ª Los pactos y las alianzas ponen en evidencia que los unos necesitan de los otros, es decir, que el poder será una realidad compartida, y para mí esto es bueno para nuestra democracia actual, porque pactar es transigir, y nos alejamos del totalitarismo de la pasada legislatura.


3ª Recuerdo muchos años atrás habían unos humoristas  llamados TIP Y COLL que decían en cada actuación: "La próxima semana hablaremos del gobierno", como estábamos  en la dictadura de Franco, nunca hablaron del gobierno.  Afortunadamente los tiempos cambian y estamos en una democracia, por ello puedo afirmar que en mi próxima entrada hablaré del gobierno.

4ª Ayer,  como culminación del veraneo de este año,  regresé de un entrañable viaje a la isla de Lanzarote, que fui unos días para asistir a la boda de mi sobrina Alicia, en compañía de todos mis hijos y nietos. La  boda se realizó en la playa, y la cena cercana a ella,  y bajo unas enormes palmeras, fue el marco más bonito que he asistido en una boda.

La cordialidad de sus habitantes, sus exóticos paisajes, las entrañables actividades que he realizado con mi familia, me he quedado con ganas de volver.

Pero lo más importante para mí, es el deseo de felicidad para mi sobrina Alicia, y que como mínimo, que le pase como a mí, que llevo más de 50 años de matrimonio.

1 comentario:

  1. Bon dia!!!
    sóc la Rosa, amiga de la Marta...
    preciós, m'has fet emocionar...un petó gegant!

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