lunes, 2 de octubre de 2017

HUEVOS FRITOS CON SOBRASADA

 

Mi abuelo Francisco

 
El próximo 4 de octubre en el santoral católico  se celebra San  Francisco de Asís,   y es el nombre  que me pusieron mis padres siguiendo la costumbre de la época,  por llamarse así,  mi abuelo materno y que además fue mi padrino.
 
Recuerdo que mi abuelo Francisco era contable y apoderado de la empresa Industrias del Cuero Armado, Bailén 65, Barcelona, donde entre otras cosas, fabricaban lanzaderas y tacos para la industria textil, y como buen contable de aquellos tiempos recuerdo su preciosa letra de redondilla. En un mueble auxiliar de mi despacho tengo expuesto su tintero, su secante, sus plumas y sus plumillas. El secante era un utensilio que se equipaba con un papel que absorbía la humedad de la tinta para no emborronar. Este secante tiene grabado la razón social de la empresa y la dirección con que he empezado este párrafo.

 
 
Recuerdo que mi abuelo Francisco era muy aficionado al cine y tenía un proyector con manivela y nos proyectaba en  fechas festivas una sesión de cine mudo  con  películas de Charlot, Pamplinas, del Gordo y el Flaco, etcétera.

 
Recuerdo que mi abuelo Francisco todos los domingos desayunaba huevos fritos con sobrasada. Yo que vivía en el mismo rellano de la escalera, coincidía muchos domingos con él, contemplando el colorido rojo y amarillo que se echaba a la boca, Yo le pedía que me lo dejara probar. Él siempre me decía lo mismo - es muy fuerte e indigesto para un niño pequeño como tú-. Como es obvio con esta respuesta reiterada nunca me los dejó tastar.

 
El 3 de febrero de 1945, haciendo cola con toda la familia en el Cine Excélsior de Barcelona (estaba situado en Gran Vía - Casanova), su corazón, quizás debilitado por los horrores de nuestra guerra civil, dejó de funcionar. Él fue el único que estuvo para proteger y proveer a su esposa, sus  dos hijas (mi madre y mi  tía) y sus dos nietos durante la mencionada guerra civil. Mi padre estaba en el frente,  primero con los Republicanos  y luego prisionero del ejército  de Franco.

 
A Mila no le gusta la sobrasada, y yo me la compro personalmente en el super cercano a mi domicilio. Luego, me hago unos huevos fritos y le echo una rodaja de sobrasada por encima. Unto el pan de amarillo y rojo, y me lo como muy a gusto, acompañado de los recuerdos de mi niñez con mi abuelo Francisco.

  

El lobo de Gubbio

 
En la ciudad de Gubbio había un lobo feroz que no solo devoraba animales sino también a sus habitantes.

 
San Francisco de Asís movido por la compasión del pueblo se fue a dialogar con el lobo, cosa que entrañaba mucho peligro, y lo más sorprendente del caso, es que llegó a un acuerdo de paz.

 
Desde aquel día los habitantes de Gubbio vivieron felices.

 
 

El derecho a decidir

 
El "lobo" ha llegado a Catalunya en forma de la  fuerza totalitaria del  Estado que ha hecho todo lo imposible para impedir  el "derecho a decidir" en el  día de ayer a los catalanes.

 
    

Tomando las mascotas del toro de Osborne y el burro catalán como simbología de las dos partes litigantes, les diría a los políticos que para que el animal  vaya hacia adelante, no se debe estirar de la cola del animal,  se debe poner  un paño rojo a la vista del toro o estirar suavemente de la rienda del burro, es decir, que los políticos deben de dialogar y dar unas soluciones políticas y no de "fuerza".

 
Estas banderas siempre me han recordado a mi abuelo Francisco, eran los colores de sus huevos fritos con sobrasada.

   
 
Notas:

 

1ª El burro catalán es una raza de asno originaria de la provincia de Girona que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.

 
En el año 2004 dos jóvenes de Banyolas crearon una pegatina para los coches con la intención de llamar la atención sobre el peligro de que esta raza desapareciera. Posteriormente, se convirtió como un emblema de los catalanes

 
2ª Las películas que proyectaban aquel día fatídico que falleció mi abuelo a la  puerta del cine,  daban estas dos películas y el NO-DO, según la cartelera que he encontrado en la hemeroteca de La Vanguardia.

  
  
La máscara de hierro estaba basada en la novela de Alejandro Dumas, y recuerdo que en la biblioteca  de mi abuelo Francisco, estaba toda la  colección de sus novelas.


3ª En mi colegio electoral pude votar a pesar de los  "lobos y los coyotes". Agradezco, a los ciudadanos que han puesto en peligro su integridad física para defender las urnas,  la colaboración  de los estibadores, de los universitarios, de los payeses, de los bomberos,  de los Mossos, de los voluntarios, etcétera, que todos ellos han hecho posible mi voto.
 

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