Dedicado a mi hermano Santiago
deseándole que su vida discurra por "hilos
de oro".
Las clases de los difuntos
El pasado día 2 de noviembre, la Iglesia Católica conmemoró el "Día de
los Difuntos", e invitó a los creyentes a orar por los difuntos que están
en el purgatorio en estado de purificación, al contrario del día anterior,
"Día de Todos los Santos", que se reza por los difuntos que han
superado el purgatorio, o sea, que han
obtenido la beatificación (de aquí en nombre de "todos los santos") y
que gozan de la vida eterna con la presencia de Dios.
Si hasta ahora, he descrito los difuntos de segunda y primera
clase, es obvio que los de tercera clase son los difuntos que van directamente
al infierno. Con todo, a pesar de mi formación religiosa en los jesuitas,
siempre lo de "las clases de los difuntos" lo he encontrado
conflictivo.
Pero a pesar de todo, el 2 de noviembre es para
mí, un día para recordar a mis abuelos,
mi padre, mis madres, mi tía, y mi hermano, todos ellos fallecidos, y de esta rama genealógica solo me queda mi
hermano Santiago.
Creo que también, que es un día, que pensamos con más intensidad en la vida y en
la muerte.
La vida y la muerte en la mitológica
En la mitología romana Las Parcas, vivían
en el inframundo. La más joven de las tres era la Nona, llevaba copos de oro o de lana negra en sendas
ruecas, que con habilidad de hilandera estiraba las fibras del copo y dándoles
torsión elaboraba el hilo de la vida,
que se lo iba dando a su hermana mediana la Décima, de tal manera que desde el
nacimiento de la persona, le daba hilo
de oro para los momentos felices o de lana negra para los momentos tristes.
La hermana mayor, era Morta, que
llevaba unas terribles tijeras con
las que cortaba el hilo, y era quien decidía el largo del hilo de cada una de
la vidas humanas, ya que al cortar el hilo acababa con la vida.
En la mitología griega, las Parcas son Las Moiras y las
hermanas se llaman Cloto, Laquea y Átropos, y así, toman nombres diversos en
otras mitologías como la nórdica o la báltica.
Con el paso del tiempo la tradición de Las Parcas se fundió con la del dios
celta Ankou, representado con un esqueleto, y las tijeras pasaron a ser una guadaña, un
objeto mucho más habitual entre los campesinos, y que además, llevaba un reloj
de arena sustituyendo al hilo de la vida, como recordatorio de que la vida se
acaba al agotarse la arena del primer
recipiente del reloj.
El Ángel de la Muerte del Palacio de Ludwigsburg
El Ángel de Muerte lo encontré en mi visita al
Palacio de Ludwigsburg en el año 2010,
con Mila y haciéndonos de cicerone mi cuñada Traudel que es oriunda de
esta preciosa localidad, que lleva el mismo
nombre que el palacio, y que está
situada a 12 km de la ciudad de Stuttgart.
Estaba situado
en un pasillo barroco del palacio custodiando la salida hacía un salón.
Como podréis observar es ángel porque
lleva alas, y es de muerte porque lleva la guadaña y el fatídico reloj de
arena, y posó para mi máquina fotográfica sin pensar que hoy sería uno de los
protagonistas de mi blog.
El reloj de arena
Hay un poema de
Jorge Luís Borges, "El reloj de arena", que por su largura solo
transcribiré dos estrofas:
¿Quién
no se ha demorado ante el severo
y tétrico instrumento que acompaña
en la diestra del dios a la guadaña
y cuyas líneas repitió Durero?
y tétrico instrumento que acompaña
en la diestra del dios a la guadaña
y cuyas líneas repitió Durero?
Por
el ápice abierto el cono inverso
deja caer la cautelosa arena,
oro gradual que se desprende y llena
el cóncavo cristal de su universo.
deja caer la cautelosa arena,
oro gradual que se desprende y llena
el cóncavo cristal de su universo.
El grabado
de Albert Durero que inspiró a Borges su poema, es el titulado: "El Caballero, la Muerte y el Diablo" (1513) y el cual os lo muestro a
continuación
En el grabado,
vemos a un Caballero cabalgando con paso seguro, y a su lado cabalga la Muerte que lleva un reloj de arena que se lo muestra al
Caballero. Detrás de él camina el Diablo. Bajo las patas de su corcel hay una
calavera, como si el autor quisiera mostrarnos que las líneas de su grabado
hacia abajo simboliza la muerte, y por
el contrario, las líneas hacia arriba
brotan los árboles y se divisa un castillo, simbolizando la vida.
El reloj de agua (la clepsidra)
Antonio Machado,
describe en la siguiente poesía una
bellísima explicación de la muerte, y en
ella se apoya en el reloj de agua (la clepsidra):
Daba el reloj las doce... y eran doce
golpes de azada en tierra...
- ¡Mi hora! ...-grité. El silencio
me respondió:-No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.
golpes de azada en tierra...
- ¡Mi hora! ...-grité. El silencio
me respondió:-No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.
El triunfo de la Muerte
Por el momento
siempre ha triunfado la Muerte sobre los humanos a pesar que cada día que pasa
somos más longevos, y ya nos anuncian
que la inmortalidad la alcanzaremos en
el año 2045, tal como lo publiqué en mi entrada
del 9-4-2018 con el título: La inmortalidad.
Por el momento
para reflexionar sobre "el triunfo de la Muerte" os recomiendo una
visita al Museo del Prado para contemplar un lienzo de Pieter Bruegel "el
Viejo" (1525-1569) que lleva el mismo título que el anunciado de este
apartado.
Para describir esta obra
caótica necesitaría mucho de vuestro tiempo,
y a modo de resumen diré, que en
el centro del cuadro está la Muerte con
su guadaña sobre un caballo rojizo, al
frente de un ejército de esqueletos, que
destruyen el mundo de los vivos, sin reparar en clases sociales, quienes son conducidos a un enorme ataúd.
La pregunta que os hago es ¿dónde
está el reloj de arena? La solución en la nota 2 al final de esta entrada.
La
Muerte en "el reloj de los Apóstoles" en Praga
El pasado año 2017 cuando
visité Praga, en compañía de Mila, mi
hermano Santiago y mi cuñada Conchita, me encontré con una simpática
"Muerte"· que estaba en "el reloj de los Apóstoles", situado
enfrente mismo de nuestro hotel, por lo que pude observar en varias ocasiones, que
cuando el reloj marcaba las horas,
salían y entraban los Apóstoles por sendas ventanas, situadas en la parte alta de la torre del reloj. Además,
la Muerte tocaba una campana para llamar la atención de los turistas y el reloj
de arena que llevaba se invertía pasando el hilo de arena de arriba abajo
simbolizando nuestra vida efímera.
El posar para hacerse una
fotografía bajo del reloj, es una obligación para todos los turistas que
visitan Praga, y nosotros así también lo hicimos, esto sí un poco separados de
la torre del reloj, por la aglomeración de público que había para contemplar el
momento mágico que he descrito
anteriormente, hasta que la función se acaba con el canto de un gallo.
Notas:
1ª
Reivindico una vez más el color amarillo, con el amarillo de los hilos de oro
que simbolizan en la mitología el "hilo de la vida" de los momentos
felices, a pesar que los políticos nos lo ponen muy difícil. No obstante, se
vislumbra en el panorama político unos "brotes verdes", en cuanto al
posicionamiento del Pedro Sánchez sobre el
procés, los presupuestos sociales que pretende aprobar, el cambio de parecer de que la filosofía no
sea una asignatura opcional, etcétera.
2ª
La solución de dónde está el reloj del tiempo, la podéis ver en el detalle que
os adjunto. Si ponéis en el buscador de vuestro navegador: Museo del Prado El triunfo de la Muerte, os muestra la obra y
podréis recorrerla de forma ampliada para ver todos sus detalles simbólicos que
son muchos.
3ª
He hablado de literatura, poesía, escultura, grafismo, pintura, fotografía, ¿y de la música?, me cuestionarán mis amigos los melómanos. Pues
bien, como colofón al tema de hoy os apunto escuchar la música de mi compositor
preferido Beethoven, el segundo movimiento de de la Sinfonía nº 3, marcha fúnebre, y que sonó en el servicio memorial a la masacre
terrorista de Múnich durante las Olimpiadas de verano de 1972.
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