El pasado día 14 de febrero, San Valentín, celebramos el día de los enamorados, y también estuvimos convocados para ir a votar a pesar de la pandemia, y fuimos con la esperanza de poner en orden en nuestra maltrecha sociedad española, empezando por Catalunya que según se decía era el motor de España.
El enamoramiento y la bioquímica
Todos nosotros lo sabemos, y lo hemos experimentado, que el enamoramiento es un estado emocional placentero, y desde el punto de vista bioquímico se trata de un proceso en el que cerebro, concretamente el hipotálamo, libera la hormona y neurotransmisor dopamina, que aumenta la euforia y el placer, así como segrega la testosterona que aumenta el deseo sexual.
El enamoramiento y la realidad
El pintor austriaco, Gustav Klimt (1862-1918) artista, especialista en pintar mujeres desnudas, en su obra "El beso", hace todo lo contrario, vemos a su pareja Emilie Flöge, cubierta por una preciosa túnica con formas redondeadas a diferencia de la de él, con figuras rectangulares aunque ambas del mismo color y de límites casi indistinguibles, sugieren una naturaleza femenina y otra masculina que se complementan en un solo ser.
Recuerdo que de joven me gustaban mucho las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, y una de aquellas, le viene a esta obra una como el anillo al dedo.
Por una mirada, un mundo
por una sonrisa, un cielo,
por un beso....¡yo no sé
qué te diera por una beso!:
Y volviendo al mundo real, o sea a la realidad, y a la obra de Klimt, a mi me sugiere metafóricamente, que las túnicas son las responsables de tapar los defectos mutuos de las parejas de enamorados. Después, el cruel tiempo y la convivencia, hace que los defectos se hagan visibles por ambas partes, de aquí la proliferación de separaciones por no aceptar los defectos de su pareja.
El enamoramiento platónico
El enamoramiento platónico lo descubrí en mi juventud leyendo a Don Quijote, el tipo de amor fiel y casto, sin ningún interés sexual, que profesa el protagonista, a su dama llamada Aldonza Lorenzo, a quien don Quijote le otorga el nombre de Dulcinea del Toboso. Esta Dulcinea es un cúmulo de perfecciones y cumple con todos los requisitos que debía tener una dama según don Quijote, sin embargo, la realidad es muy distinta: Aldonza Lorenzo es una mujer que trabaja en el campo, de la cual se dice que “que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha”.
Recuerdo que en mi época de asesor de empresas, asesoré a una empresa de Tomelloso (Ciudad Real) en el corazón de La Mancha y a 43 km de El Toboso, y que había una grupo escultórico alegórico a Dulcinea cerca de la empresa situada en la carretera de Argamasilla de Alba, y que de la cual no tengo ninguna referencia fotográfica, en cambio cuando me hospedé en un hotel de Valdepeñas (Ciudad Real) tuve un grato encuentro en el hall con mi protagonista referente y que cuyo fotografía os adjunto.
Si ha quedado claro el concepto de amor platónico, os voy a relatar ahora uno real que lo descubrí cuando visité en el año 2009 Florencia, y me quedé contemplando la belleza de las obras del "El nacimiento de Venus" y de La Primavera" en La Galería de los Uffici, pintados por Sandro Botticelli que es el protagonista de mi historia, y que estaba enamorado de la modelo de todos sus cuadros, Simonetta Vespucci, y fue un amor platónico ya que ella estaba casada y fue fiel a su marido. Su enamoramiento fue de tal magnitud que en su obra "Venus y Marte" (National Gallery, Londres) pintó a Marte según su imagen, y con la complicidad de unos angelitos cornudos, fue de esta única manera en que Sandro la pudo verla como su pareja.
Simonetta falleció prematuramente de tuberculosis, y fue tal la fidelidad del artista hacia su modelo que pidió que fuese enterrado a los pies del sepulcro de Simonetta en la iglesia Ognisanti (Todos los Santos), la iglesia de los Vespucci, en Florencia.
El enamoramiento en tiempo de pandemia
Llevamos un año de pandemia, y nos han recomendado llevar una mascarilla, y solo vemos los ojos de la cara de nuestro interlocutor, es por los tanto muy difícil el enamoramiento a primera vista, como era antes en nuestro estado de normalidad.
Esta anomalía, para un enamoramiento a primera vista, me ha recordado otra poesía del repertorio de mi juventud, se trata del famoso madrigal "Ojos claros, serenos" del poeta sevillano Gutierre de Cetina (1520-1557) que falleció en México en un duelo por posar su mirada en la doncella de su oponente.
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Y si me pedís una obra pictórica que describa el enamoramiento en tiempo de pandemia, opto por " los amantes", del pintor surrealista René Magritte.
El enamoramiento político
El pasado 14 de febrero fuimos a votar y la mayoría de los votantes padecemos un enamoramiento político bajo el complejo de Pigmalión, es decir, que esperamos que nuestro partido actúe de forma como nosotros pensamos, luego el juego político de la realidad generalmente difiere de nuestras expectativas, de aquí la elevada desafección política de los votantes y la baja participación.
Pigmalión buscaba a una esposa cuya belleza correspondiera a su idea de la mujer perfecta. Con este pensamiento, esculpió una estatua de una mujer, a la que llamo Galatea, tan hermosa que se enamoró de ella, y suplicó a la diosa Venus que le diera vida y así lo hizo. Y lo dejo aquí, ya que no quiero romper el encanto de la historia como se rompen nuestras ilusiones políticas.
Ahora toca, adjuntaros una pintura y una poesía de acorde con lo expuesto, la obra escogida es la de "Pigmalión y Galatea" de Jean Léon Gérôme y la poesía es una oda
all amor incondicional, y se trata del poema "Amor eterno" de Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Hoy cuando leáis esta entrada, ya sabemos todo lo referente al resultado de las elecciones y las consecuencias de las mismas, y esperamos utópicamente como cada vez, que el nuevo gobierno de la Generalitat ponga orden y armonía en nuestra sociedad, es decir, pasar de las palabras a la obras, pasar de los pensamientos a la realidad cotidiana.
En ese contexto, Quino (el papá de Mafalda), hizo una historieta política perfecta con solo dos viñetas, que mostraba la llegada de un nuevo tiempo, el verdadero tiempo del orden y de la armonía.
En la primera viñeta, la señora de la casa y una empleada doméstica miran una habitación completamente caótica: hay libros, discos botellas vacías tirados por doquier, una lámpara tiene la pantalla desencajada y los almohadones del sillón están revueltos por el suelo. En la pared, destaca el Guernica de Picasso. En la segunda viñeta, la casa está en orden, y el cuadro también.
Notas:
1ª El pasado día 16 de febrero falleció el arquitecto y poeta Joan Margarit (1938-2021) premio reina Sofía de poesía y premio Cervantes 2019. Hace ya algunos años leí su biografía y contaba cosas de su niñez y juventud que a mí me habían pasado, éramos casi de la misma edad. A Joan lo mencioné en un par de entradas en mi blog con estas dos poesías, una de ellas sobre la libertad y la otra sobre mi admirado Beethoven.
La libertad
Es la razón de nuestra vida,
dijimos, estudiantes soñadores.
La razón de los viejos, matizamos ahora,
su única y escéptica esperanza.
La libertad es un extraño viaje.
Son las plazas de toros con las sillas
sobre la arena en las primeras elecciones.
Es el peligro que, de madrugada,
nos acecha en el metro,
son los periódicos al fin de la jornada.
La libertad es hacer el amor en los parques.
Es el alba de un día de huelga general.
Es morir libre. Son las guerras médicas.
Las palabras República y Civil.
Un rey saliendo en tren hacia el exilio.
La libertad es una librería.
Ir indocumentado.
Las canciones prohibidas.
Una forma de amor, la libertad.
Se pierde la señal
De noche, en un pequeño aeropuerto,
ves un avión que va elevándose.
Se va perdiendo la señal.
Sin ninguna piedad por lo que has sido,
pues la piedad es demasiado efímera
no hay tiempo a construir nada sobre ella,
te sientes convencido de vivir,
aunque sin esperanzas, unos años
que son los más felices de tu vida.
Hay otra poesía, la habrá siempre,
como hay otra música. La de Beethoven sordo.
Cuando se pierde la señal.
2ª Dejadme despedir esta entrada, con un apunte pictórico propio, sobre el amor incondicional que profesan los abuelos, y que se lo dediqué a mis cuatro nietos.
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