Cada año cuando se acerca el 2 de
noviembre, el Día de los Difuntos, me
pongo a reflexionar sobre la muerte, y estas reflexiones son el motivo del
artículo de hoy de mi blog. Como no soy un filósofo me apoyaré en un virtuoso pensador francés Montaigne (1533 - 1592) y con las
frescos del pintor cuatrocentista italiano Masaccio (1401 – 1428).
Montaigne en su destacada obra “Ensayos”, tiene un capítulo que lo titula. “Filosofar es aprender a morir”. Su pensamiento está de acuerdo con la escuela helenística: “La muerte es inevitable, la muerte está por todos lados, es inútil obsesionare con ella…”
Estoy de acuerdo con Montaigne de que no nos debemos obsesionar con la muerte, porque si ocurre que tenemos una muerte de repente o rápida, no nos daremos ni cuenta, si vamos sumando años como es mi caso, lo que nos ocurrirá al final de nuestros días, es lo que cuenta Montaigne en este capítulo: “Un soldado de la guardia del César, que se hallaba molido y destrozado, pidió al emperador licencia para darse muerte. César, al contemplar su decrépito aspecto, le contestó ingeniosamente: ¿Acaso crees hallarte vivo?”.
En sus tres últimos días de vida de Montaigne, tuvo una inflamación de garganta que le impidió hablar, por lo que se vió obligado a utilizar la pluma, su herramienta preferida, y consciente de su extrema gravedad, por este medio convocó a sus amigos para despedirse de ellos, y les escribió su última reflexión: “Aprendiendo a morir se aprende a vivir mejor”.
Del temor de la muerte se han aprovechado algunas religiones, relatando una continuidad después de nuestro final en una vida eterna en un paraíso, o una reencarnación, que actúa para los creyentes de estos relatos como un “prozac espiritual”
Nuestra religión, por ejemplo, nos relata a través de la Biblia, que somos mortales porque Adán y Eva desobedeciendo a Dios, al comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, y que además de la pérdida de la inmortalidad fueron expulsados del paraíso terrenal.
Este pasaje bíblico, lo plasmó Masaccio en el fresco de la iglesia Santa María del Carmine en Florencia, titulándose: “La expulsión de Adán y Eva del paraíso terrenal”.
El arco representa el confín del paraíso, y por
primera vez el joven Masaccio, ya que murió a los 26 años, se atrevió
a pintar los cuerpos desnudos de nuestros primeros padres,
representación inédita hasta aquel momento en el arte, y que escandalizó a Cosme III de Médici y
ordenó cubrir la desnudez de los personajes con unas ramas con hojas en las
zonas más íntimas. Hasta los años 90, no
hicieron la correspondiente restauración para volver a la pintura original
y recobrar el colorido del genial
pintor.
También Masaccio, quiso representar
en otro fresco, que los humanos por la maldición divina morimos sin remedio, así
cuando Dios se hizo humano, en la figura
de su hijo Jesucristo, quiso que muriera crucificado. Este hecho, el genial
pintor que nos acompaña, lo representó en un fresco que está en la basílica Santa
María Novella en Florencia, bajo el título: “La Trinidad”
Sentencia demoledora que nos recuerda
nuestro final destino, nuestra última aventura por descubrir, y lo peor que puede pasarnos es que no pasa
nada.
Notas:
1ª La Biblia dice: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo, De
todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás, porque el día que de
él comieres, ciertamente morirás”. Dios
les dio la oportunidad de elegir, por lo tanto creó Adán y a Eva “libres”, con el
libre albedrío, y ellos tuvieron libertad para hacer una elección. En la
actualidad la libertad de los hombres está cercenada muchas veces por los
líderes políticos.
3ª Los terrorista son como unas ratas en una cacharrería, y el dueño quisiera matarlas con un bazuca, y en este empeño murieran los inocentes empleados de la tienda. Esto es lo que está ocurriendo en Gaza y en el Líbano donde el mencionado dueño son las fuerzas israelitas. Y todos los líderes políticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). miran para el otro lado. Son un total de 192 países del mundo civilizado.
Realmente que vergüenza de guerra.Menos mal que la ONU,se creó después de la 2a.guerra mundial para que nunca más guerras y luchar por la paz.
ResponderEliminarGracias,Paco.
Me ha parecido muy interesante! Así la idea de la muerte nos hace relativizar muchas cosas y dar importancia a lo que realmente la tiene. No conocía al pintor Masacio. Muy bonitos los cuadros!
ResponderEliminarHola Francesc. Tema interessant que cadascú afrontem de la millor manera que sabem. M'ha agradat l'expressió "prozac espiritual" que faig meva si m'ho permets. El meu parer és que sabrem el que succeirà amb nosaltres després de morir en la mesura en que sabrem també que succeïa abans de néixer. Tanmateix, no he vist mai gent gaire preocupada per això. Hi ha una altra frase: Què em pot importar a mi l'Univers amb tota la seva majestat si jo no soc aquí per a copsar-lo? Alguna vegada t'he comentat el meu pensament que l'Univers és un projecte col·lectiu i global, i que la compartimentació de que tu ets tu i jo soc jo, només té sentit en el nostre àmbit dimensional en el que estem immersos. Però n'hi ha molts més. L'Univers és molt ample i cal una mirada també molt ample per a copsar-lo. Hi ha molta més cosa que no sabem més enllà de la vida i la mort. Que ningú no torbi mai la teva pau. Una cita evangèlica per acabar: "Deixa que els morts enterrin els seus morts". Salut!!!
ResponderEliminarGràcies pels vostres comentaris perquè segur que m'heu allargat la vida amb ells, si quan escric és per a mi una teràpia reparadora, amb els vostres comentaris és com una sobredosi de vitalitat.
ResponderEliminarEl comentari de Jesús, espero no estar equivocat, té un aire quàntic, i per tant tancaré el meu comentari amb una cita, que no és la primera vegada que l'esmento, i que Jesús l'ha de conèixer, per la seva afició a la física quàntica, perquè és un dels seus fundadors, i a més de pas, faré feliç a molts creients:
“El primer glop del got de les ciències naturals converteix a l'home en ateu, però Déu l'està esperant en el fons del got”
Werner Karl Heisenberg, premi Nobel de Física de 1932