Dedicado a la memoria de mi amigo el Doctor Frederic C. i G.
Este verano, reiteradamente, desde la terraza de mi apartamento contemplé
el cielo iluminado por la luz del sol, y
me quedaba a veces extasiado por las
figuras de colores que formaban las nubes, y su constante movimiento como si se tratara
de una función teatral, con un decorado
azul celeste de fondo. Esta belleza de la naturaleza de formas y colores, me ha inspirado el siguiente artículo.
Todos recordamos las dotes de dramaturgo, novelista, poeta, filósofo y naturalista alemán Goethe (1749-1832), pero hoy quiero destacar sus dos aficiones favoritas: la pintura y la meteorología.
Estas aficiones del consagrado autor de Werther, las inició con 37 años, y fue cuando se traslado a Roma a casa del pintor Tischbein, el cual fue su primer maestro en el arte pictórico.
Su afición por la pintura le llevó a pintar unas 2.500 acuarelas, la mayoría de ellas eran paisajes que predominaban los cielos con todo tipo de nubes con sus formas y sus colores, todo ello por su otra afición, la meteorología. De todas sus obras destaco: “Cúmulos ascendiendo detrás de las montañas”, pintado en 1815, es decir, cuando contaba con 66 años y, ya entonces había escrito su obra cumbre “Fausto”
No nos hemos de extrañar que Goethe definiera tan bien las nubes de su
cuadro, porque un coetáneo suyo el
farmacéutico inglés Luke Howard, también miraba las nubes como Goethe y como un
servidor de ustedes, y las definió con nombres latinos. Goethe tanto le admiró que le dedicó innumerables poesías a
él y a la definición de las nubes.
“Para descubrir el infinito,
debes distinguir, a continuación asociar;
llevado por las alas de la gratitud, canto pues
al hombre que supo distinguir las nubes.”
El tratado que escribió Howard con su clasificación y definición de las
nubes aun hoy día es vigente. Os muestro un gráfico de las diversas formas de
las nubes y luego paso a describirlas
Howard basó su nomenclatura de las nubes según la forma que adoptaban, así , cuando es en forma de cabellera, “cirrus”, en forma de capa, “stratus” o forma de montón, “cúmulus”, ,que además podían ser generadoras de lluvia, “nimbus”, y en función de su altitud: en las “nubes altas” encontramos cirros, cirrocúmulos, y cirrostratos, en ”nubes medias”, se denominan altostratos, altocúmulos y nimbostratos, en ”nubes bajas” los estratos y estratocúmulos, y de desarrollo vertical los cúmulos, y cumulonimbos.
Goethe en honor a Howard, que lo definió como “el hombre que distinguió la nube de la nube”, le dedicó también unos versos según la forma que toman.
Stratus
Cuando sobre el seno silencioso
del mar
la fría niebla cuelga como un dosel tendido;
y la luna, mezclando allí sus rayos sombríos,
parece un espíritu que forma otros espíritus;
sentimos, en momentos puros y brillantes como este,
la alegría de la inocencia, el estremecimiento de la dicha.
entonces, elevándose en la ladera de la montaña que se oscurece,
y extendiéndose mientras enrolla sus cortinas,
cubre la mitad de la altura, y allí
se hunde en gotas de agua, o se eleva en el aire.
Cúmulus
Aún se eleva, como si un
llamado celestial
lo impulsara hacia el salón más sublime del cielo;
alto como las nubes, vestido con pompa y poder,
consagrado en fuerza,
exhibido en majestad;
parece mover todos los pensamientos secretos del alma,
tiembla por debajo, mientras frunce el ceño por encima.
Cirrus
Y más alto, más alto aún se elevan los
vapores:
¡el triunfo es el impulso más noble del alma!
entonces, como un cordero cuyas vestiduras plateadas se despojan,
los velludos ovillos se extienden disueltos en gotas de rocío;
o suavemente flotan hacia los reinos del descanso,
y encuentran una dulce bienvenida en el pecho del padre.
Nimbus
Ahora desciende impulsado por la atracción del
mundo,
que tiende a la tierra, que se había elevado al cielo;
amenazando en la loca nube de tormenta, como cuando
legiones feroces chocan y desaparecen de la llanura;
¡triste destino del mundo atribulado! pero mira,
la niebla ahora se está dispersando gloriosamente:
y el lenguaje nos falla en su vano esfuerzo;
el espíritu se eleva por encima y vive para siempre.
Las nubes tienen colores
Haciendo honor al romanticismo de las pinturas de Goethe, os transcribo y os adjunto un video de un trozo del dialogo de la película “La joven de la perla” rodada en el año 2003, en el momento que el pintor Johannes Vermeer abre la ventana de su estudio y pregunta a Griet, su sirvienta:
- fíjate, mira las nubes ¿de qué color son?
Griet responde son blancas y se da cuenta de su error. Algo dubitativa, sigue mirando con atención y responde
- amarillas…..azules ….y grises. Las nubes tienen colores.
Notas:
1ª Goethe el gran autor de ·”Fausto”,
y mi admirado genio musical Beethoven tienen unos encuentros en la ciudad
de Teplice (hoy perteneciente a la
República Checa) durante unos días del
verano del 1812.
Parece ser que Beethoven le echó en cara por su comportamiento cortesano y su conservadora vida artística, porque opinaba: “a Goethe le gusta demasiado la atmósfera de la corte, más de lo que le conviene a un poeta. No hay mucho más que decir aquí sobre la ridiculez de los virtuosos, cuando los poetas, que deben ser vistos como los primeros maestros de la nación, pueden olvidar por ese deslumbramiento todo lo demás.”
2ª Goethe era huésped asiduo también de la ciudad
balneario Karlovy Vary (República Checa), y al contrario que Beethoven,
se movía hábilmente y con enorme placer entre la elegante sociedad, y gozaba de
la atención que le dispensaban los distinguidos huéspedes del balneario, y
sobre todo, la joven emperatriz María
Luisa, la tercera esposa de Francisco I, que admiraba hasta la exaltación a Goethe;
lo que le halagaba mucho al mujeriego poeta de casi 63 años.
Este último párrafo me hace recordar mi visita a Praga y a la ciudad balneario Karlovy Vary
en el año 2017, y en donde visitamos una
fábrica de cristal de Bohemia, y que en una de sus tiendas compramos media
docena de vasos para refrescos de preciosos colores y una hermosa botellita
para adornar un estante de nuestro baño.
En el escaparate de la tienda había una foto de la boda de los reyes (2004), porque publicitaban
que las copas de cristal de Bohemia del brindis nupcial, eran un modelo
fabricado por ellos.
3ª Hace unos días en la cuarta planta de Colegio de
Médicos, la familia del Doctor Frederic
C. i G. le rindió un entrañable homenaje en compañía de sus amigos.
Muy interesante como siempre,y un final muy bonito y poetico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy interesante tanto el escrito como el fragmento de vídeo y un final muy emotivo. A partir de ahora miraré las nubes de forma diferente!
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Al mirar las nubes se produce el fenómeno psicológico con el nombre de "pareidolia" cuando creemos ver toda clase de figuras en ellas.
ResponderEliminar