lunes, 3 de marzo de 2025

EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS ESCRITORES

  

A la memoria de mi entrañable tía Isabel, profesora de música,  y directora de la coral de la Iglesia de la  Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo

Hoy 3 de marzo,  se rinde homenaje a los escritores pertenecientes a todos los géneros literarios: poesía, novela, ensayo, obras de teatro, noticias, obras didácticas, etc. , así también es el día de los traductores.

 

 El difícil oficio de escribir

La mayoría de los que escribimos no hemos ido a una escuela para que nos enseñaran el difícil oficio de  escribir, realizamos este oficio sin estudios previos, pero  os doy mi palabra,  que ponemos todo nuestro empeño en nuestras efímeras obras. Incluso en  mi caso a través de más de  una década que escribo reiteradamente en este blog, me comporto como un stripper al contaros mis recuerdos y mis reflexiones. No obstante por mucha escuela de escritura que asistas, hay una cualidad imprescindible  que tiene que tener el escritor en este difícil oficio,  es: “la creatividad literaria”, porque las Musas de la inspiración, queridos lectores,  lo sé por experiencia,  no existen.

Entrando dentro del vasto terreno de la creatividad podemos establecer dos grandes grupos de géneros antagónicos: la poesía y la prosa, y dentro de la prosa existen numerosos géneros literarios,  que no os los voy a enumerar, por el contrario elegiré para la celebración del día  de hoy uno que a mi me gusta mucho,  pero reconozco que es un género poco aconsejable parecido a la poesía libre, donde sus constantes metáforas y alusiones  históricas nos van poniendo a prueba constantemente,   como es  el género literario del ensayo.

Como ejemplo,  he escogido mi última adquisición, se titula  “Despacio el mundo”  de Ramón Andrés (Pamplona, 1955) ensayista y poeta español que  entre sus muchos premios figura el “Premio Nacional  de Ensayo 2021 por Filosofía y consuelo de la música” La obra que he aludido,  reza en su contraportada “Un ensayo imprescindible para todo aquel que busca consuelo tanto en la belleza de la música como en la silenciosa contemplación de un cuadro”.

Este ensayo literario consta de 52 capítulos,  que en cada uno de ellos exhibe una pintura siempre  con alegorías musicales,  y a través de ella,  el autor expone sus ideas; así en el capítulo 18  que lo titula “Los lirios del cielo”, la pintura que exhibe es de “Santa Cecilia y el ángel” obra del pintor Carlo Saraceni (1610), que adjunto a continuación, no sin antes entrar en el archivo de mis recuerdos de mi infancia y abrir la imagen de una cuadro de gran tamaño situado  en el cuarto del piano de mi tía Isabel, con la  imagen de Santa Cecilia patrona de la música. La imagen la tengo un poco olvidada, pero seguro que no era ésta.

 


 Los lirios del cielo

El autor de éste ensayo literario describe la pintura con la siguiente brillantez: “La santa afina un gran laúd, de caja armónica grande, como los que Andreas Jais construirá en Bolzano.  Afina con el pulgar y el índice el orden tercero, si la vista no me engaña. A su lado un arpa pequeña; a la izquierda, el pabellón de una chirimía y una flauta de pico; bajo el cuadro una partitura, un violín. Los instrumentos están en el suelo, desestimados, como en la Santa Cecilia de Rafael, que solo atiende a la música celeste. Que el ángel de Saraceni toque un violone o contrabasso significa que entre ambos músicos se ha establecido una armonía desde su mismo cimiento.

 Mientras Cecilia escucha el susurro de este ser con alas de cisne, tantea la tensión de la cuerda; obtendrá una nota cuando haya comprendido lo que el ángel le ha comentado en voz baja.

Y acaba el capítulo haciendo una propuesta de la etimología onomástica del nombre de Cecilia, cuando dice: Su nombre de esta Cecilia, que socorre, procede de “Coeli lilia” lirios del cielo.

  

El error de traducción

 Hoy como  he dicho en la introducción de este escrito, también es el día de  celebración para los traductores.  A lo largo de nuestra vida hemos leído escritores en que  sus obras han sido traducidas, pero yo  siempre me hecho la siguiente pregunta: ¿estará bien traducida?, y alguna vez, he detectado traducciones erróneas en la descripción de algún relato técnico.

 Pues bien, parece ser que santa Cecilia le ha llegado  su patronazgo  por un error de traducción de su biografía. Todos sabemos que fue una noble romana que murió martirizada por  convertirse al cristianismo entre el siglo II y  III y que  en un escrito de aquella época decía: “Canténdibus órganis Caecilia Dómino descantábat dicens….”, y el traductor transcribió: “Mientras sonaba el órgano Cecilia cantaba al Señor diciendo…” El error de traducción fue que el “organis” no era el instrumento musical, sino era un “fuelle” que se utilizaba para dar calor, es decir, era un instrumento de tortura. Sin embargo, se decidió no corregir este  error y en el año 1594, el Papa Gregorio XII la canonizó y le asignó el  patronazgo de la música y de sus interpretes.

 


 

Desde entonces, muchos artistas han pintado a santa Cecilia tocando el órgano, como por ejemplo, la obra de Jacques Blanchard (1636),  más acorde esta imagen que la que   ha escogido mi admirado Ramón Andrés.

 

La música en las  novelas

 No recuerdo haber visto una película sin música, en cambio en la obra pictórica el pintor no insinúan lo que los músicos interpretan, y tampoco en las novelas, con pocas excepciones,  una de ellas es la del escritor estadounidense Truman Capote (1924-1984) que en su novela corta “Música para camaleones” la Madame toca una sonata  de Mozart y los camaleones le escuchan absortos en el salón de música, como nos pasaba a mi hermano José María (+) y yo,  escuchando a mi tía tocar su piano,  y en algunas veces cantando también, preparándose el “solo” para el domingo cantarlo con el coro de la iglesia, donde se acompañaba con el órgano y la vez dirigía  a la corral.

Qué lástima que Truman Capote en  su obra no puntualizó el nombre de las 18 sonatas que compuso Mozart para piano, estoy seguro que   si lo hubiera hecho, los señores de la Academia Sueca le hubieran dado el Premio Nobel de Literatura.

 

Notas:

 

1ª Si vais a Madrid y visitáis el Museo del Prado, en su sala 4 hay un cuadro de Santa Cecilia del artista Nicolás Poussin


 

 

Cuando yo lo contemplé por primera vez no me fijé  en el sexo de los dos niños de la derecha del cuadro, por lo que me pareció por un momento que éramos mi hermano José María y yo cantando la música de nuestra entrañable tía Isabel.

 He mencionado que no recuerdo la imagen del cuadro de la santa Cecilia de mi infancia, pero si que estoy seguro que estaba tocando el órgano.

 2ª El Premio Nobel de Literatura del año 2024 fue para la escritora surcoreana Han Kang de 53 años, su última novela se titula: “Lecciones de griego” (2023) y el “Premio Nacional  de Ensayo 2024” fue para Alfredo González-Ruibal por su ensayo: “Tierra arrasada: un viaje por la violencia del Paleolítico  al siglo XXI”.

 3ª En una kiosco-librería cerca de mi domicilio compré la novela citada de Han Kan, que por la muestra de su literatura, creo que la han premiado por su narrativa muy barroca procedente de una excelente  escuela, sin diálogos, llena de monólogos, y todo ello,  para un  público más  amante de la poesía que del género de novela.

4ª Pido perdón a los escritores,  porque no ha sido mi intención que la música haya podido eclipsar a la literatura, pero la actualidad me hace insistir en ella, para  recomendar  a Trump, Vance y a Musk,  que escuchen música por el adagio: “La música amansa a las fieras”: y en  primer  lugar,  escuchen la 9ª Sinfonía de Beethoven, que es un canto a la libertad y es el himno de la Unión Europea, y se emocionen, como yo lo hacía cuando veía sus películas bélicas, y sonaba el himno americano

1 comentario:

  1. Gracias Paco,no sabia que había el día de los escritores.Contigo siempre aprendo.Y que gran recuerdo tienes de tu tía y relacionarla con la música.Para mi,la vida sin música,seria muy triste.Un abrazo a los dos.

    ResponderEliminar