lunes, 18 de agosto de 2025

LA BELLEZA

Dedicado a mi amiga Ángels A. titulada en Bellas Artes

Estamos de vacaciones, por lo que deseo olvidarme por un momento  de la “fea”  política, y me pongo a  pensar en la belleza. Si tuviera que definir donde he estado rodeado de más  belleza,  no me refiero a la belleza de la naturaleza que lo dejo para el final de este artículo, os diría sin lugar a dudas que en la ciudad de Florencia.

En 1876, el psicólogo alemán Gustav Theodor Fechner (1801-1887) hizo un estudio sobre un grupo de personas que carecían de experiencia artística, El test consistía que eligieran entre un número considerable de rectángulos  el que le gustase más, y el resultado fue que la mayoría escogieron el rectángulo áureo.

 

El rectángulo áureo o la divina proporción

Si dividimos el ancho entre el alto de una tarjeta de crédito, carnet de identidad o el de conducir, obtendremos el número áureo, 1,618, una singularidad que fue descubierta hace más de veinticuatro siglos. Su expresión matemática se encuentra por primera vez en un escrito de  Euclides de Alejandría (325-265 a.C.):

(1 +  ) /2  = 1,618

La divina proporción

Esta divina proporción no sólo se encuentra en las obras de arquitectura y de arte, sino también en la naturaleza, como en  la disposición de las semillas de la flor  de girasol, la elegante espiral de las conchas de algunos moluscos, los brazos de las galaxia que nos acoge, la Via Láctea, así como las pautas de la armonía que se esconde en los grandes artistas y arquitectos, desde Vitrubio a Le Corbussier y desde Leonardo Da Vinci a Salvador Dali, para citar algunos nombres.

Así Vitrubio el arquitecto romano que vivió en el siglo primero a.C., no solo en su tratado recomendó para la belleza de la arquitectura “la divina proporción”, sino también describió las proporciones ideales del cuerpo humano, así para la altura total “del hombre ideal “ era:

1,618 x altura ombligo (distancia del suelo al ombligo)

A pesar de que no cumplo con el  canon de Vitrubio sigo escribiendo. En el renacimiento Leonardo en 1486 dibujó “el hombre ideal” o “el hombre de Vitrubio” mostrando las proporciones ideales del cuerpo humano representando a un hombre insertado dentro de un círculo y de un cuadrado, donde el lado del cuadrado y el radio del círculo guardan la divina proporción.


 

La divina proporción en el arte

Hay innumerables ejemplos, pero como he citado a mi pintor preferido Salvador Dalí, ya que en sus obras estan impregnadas además de surrealismo, del número áureo, del psicoanálisis de Freud, del ADN de Watson y Crick, de la mecánica cuántica,  de la incertidumbre de Heisenberg, y de todas sus obras os adjunto una que de forma muy simple queda patente “la proporción áurea o la divina proporción”, se titula: “Semitaza gigante volante, con anexo inexplicable de cinco metros de longitud” (como véis los títulos de Dalí son los más largos de la historia del arte).


 

Ese “anexo inexplicable” del título del cuadro y que sale del asa de la taza, obligando a prolongar el dibujo hacia arriba, es en realidad totalmente explicable, : las dimensiones del cuadro son de 50 × 31 centímetros,  y están en la proporción áurea, siendo tal anexo el elemento que justifica dichas dimensiones. Desgraciadamente la obra es de una colección particular.

La belleza en la naturaleza

Hay tantas cosas bellas en la naturaleza que hoy por mi proximidad al mar voy a tomar a éste  como un ejemplo de belleza, sobre todo cuando está en calma. El mar de mi  cala Sa Tuna, o concretamente el de Dalí  de “Portlligat” en Cadaqués. El mar además, me ha inspirado este cuento:

“En la playa un niño está esperando que regrese una barca de pesca cuyo patrón es su padre.

La barca toma tierra y el pescador corre hacia su hijo y lleno de alegría lo abraza y lo besa.

-Papá yo cuando sea mayor quiero ser como tu,  pescador.

-Nada de pescador, tu no sabes lo peligroso que es el mar cuando se enfurece, tu tienes que ser ingeniero.

- Yo quiero ser pescador como tu papá.

El padre alzó a su hijo y lo encaró hacia el mar: - Mira a tu querido mar, no sabes lo peligroso que puede ser, nada de pescador, tu ingeniero. Y lo depositó sobre la arena a la vez que le propinó una bofetada, diciéndole: - y esto para que te acuerdes.

Han pasado unos años,  y aquel niño es hoy en día ingeniero en una central de energía undimotriz, que aprovecha el movimiento de las olas del mar para generar electricidad.”

No se donde está la divina proporción en el mar, no se como la representaría  Vitrubio o Leonardo, yo por mi parte la represento como si fuera una “cenefa griega”. Si fuera un test del psicólogo alemán del Gustav Theodor Fechner cual de ellas elegirías-



Notas:

1ª Haciendo énfasis en la longitud de los títulos de las obras de Dalí, os citaré dos de ellas de titulo largo y  que además al contrario del título del que he hecho gala en el escrito, indica la solución del efecto óptico que se produce al mirar el cuadro:

. "Mercado de esclavos (con aparición del busto invisible de Voltaire) y está expuesta en el Museo Dalí de San Petersburgo en Florida",  y

"Gala desnuda mirando el mar Mediterráneo que desde una distancia de 20 metros se transforma en el retrato de Abraham Lincoln”, expuesto en el Teatro-Museo de Dalí en Figueres. Este cuadro es el único que lo he visto realmente.

2ª Los dioses del Olimpo que eran tremendamente sabios, concibieron al  bello Apolo  con su figura y rostro con  las “proporciones divinas, pero además lo invistieron con dos facultades curativas muy apreciada para los mortales,  la música y la medicina. 

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